Crucitas de Cutris, Frontera Norte, 22 de junio de 2025 — La ofensiva contra la minería ilegal en la zona de Crucitas no se detiene. En los últimos tres años, la Fuerza Pública ha logrado destruir 248 tómbolas utilizadas por organizaciones criminales para procesar material minero, causando una pérdida económica estimada en más de 700 millones de colones.
Las tómbolas —máquinas esenciales para separar sedimento y obtener amalgama con oro— se han convertido en el objetivo prioritario de los patrullajes diarios que realiza la Fuerza Pública en esta conflictiva zona de la frontera norte. Cada una de estas estructuras puede costar más de tres millones de colones, lo que representa una inversión significativa por parte de los grupos dedicados a la extracción ilegal del preciado metal.
“Estas máquinas son el corazón de los centros de procesamiento clandestinos. Sin ellas, se detiene gran parte de la actividad minera ilegal”, explicó el comandante Junier Villalta Rubí, director regional de la Fuerza Pública. “Nuestra labor ha sido constante, incluso en condiciones extremas. Nuestros oficiales han demostrado un compromiso admirable, empujando estas estructuras cuesta arriba, a través del lodo y bajo la lluvia, para trasladarlas hasta el campamento de la finca Vivoyet”, agregó.
La minería ilegal se industrializa
Desde que estas tómbolas comenzaron a ser utilizadas en Crucitas, la actividad minera ilegal pasó de ser una práctica artesanal rudimentaria a un modelo industrializado que incrementó los niveles de extracción de manera alarmante. Esto generó no solo una escalada en los daños ambientales, sino también un fortalecimiento financiero de las estructuras criminales que controlan el negocio.
Por esta razón, la estrategia de la Fuerza Pública ha consistido en atacar directamente el componente logístico y operativo de estas redes, asestándoles golpes económicos que dificulten su continuidad.
Operativos más complejos, pero efectivos
A medida que la presión policial aumenta, las organizaciones criminales han optado por esconder las tómbolas en terrenos cada vez más remotos y de difícil acceso. Sin embargo, ni la densa vegetación, ni el lodo, ni las inclemencias del clima han impedido que los oficiales sigan localizando y destruyendo estos equipos.
Solo en junio, se han desmantelado ocho tómbolas, una cifra que demuestra la persistencia de estos operativos. Cada hallazgo implica largas caminatas por zonas montañosas y esfuerzos físicos considerables por parte del personal policial, que muchas veces debe movilizar los equipos sin apoyo mecánico.
El comandante Villalta reafirmó que los patrullajes y operativos en Crucitas se mantendrán de forma permanente y que la meta es debilitar cada vez más la infraestructura delictiva detrás de la minería ilegal.
“Sabemos que enfrentamos redes organizadas y con recursos, pero tenemos claro que nuestra labor está del lado de la legalidad, del ambiente y del futuro del país”, concluyó.
El Ministerio de Seguridad Pública reitera su compromiso con la defensa de los recursos naturales y el combate frontal contra los delitos ambientales y el crimen organizado en la frontera norte