
La expresidenta de la República, Laura Chinchilla Miranda, no evitó el tema y se pronunció públicamente sobre la captura del exmagistrado y exviceministro de Seguridad, Celso Gamboa Sánchez, quien fue parte clave de su equipo durante el periodo 2010-2014.

A través de su perfil en la red social X, la exmandataria valoró el impacto que los recientes acontecimientos judiciales han tenido en la vida política costarricense. “Por las noticias que leo a la distancia, esta semana ha sido convulsa para Costa Rica pero las implicaciones son positivas para nuestro Estado de derecho… todo lo cual pone en evidencia que nadie está por encima de la ley. Todos deberán rendir cuentas por igual, adentro o fuera del país”, escribió Chinchilla, en una publicación que no mencionó directamente a Gamboa, pero que fue interpretada como una reacción directa al caso.
La reacción de la exjefa de Estado surge luego de que Gamboa fuera detenido por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), junto a Edwin López —alias Pecho de Rata— por su presunta vinculación con una estructura de narcotráfico internacional. Ambos son requeridos por una corte en Dallas, Texas, y actualmente cumplen prisión preventiva en Costa Rica tras rechazar la extradición voluntaria.
El vínculo político entre Chinchilla y Gamboa ha sido ampliamente recordado en los últimos días. La exmandataria lo designó como viceministro de Seguridad durante su administración y, tiempo después, respaldó públicamente su nombramiento como ministro en la administración siguiente, bajo el gobierno de Luis Guillermo Solís.
En abril de 2014, Chinchilla expresó que el ascenso de Gamboa era “un reconocimiento a sus excepcionales condiciones profesionales y humanas”. Hoy, esas declaraciones han resurgido con fuerza en medio de un escándalo que sacude los cimientos del aparato judicial y político del país.
Gamboa y López seguirán detenidos mientras avanza el proceso de extradición, el cual podría tardar varias semanas en definirse.
Las repercusiones políticas de este caso apenas comienzan. Mientras tanto, las declaraciones de Chinchilla marcan distancia y reafirman, según sus propias palabras, que en Costa Rica “nadie está por encima de la ley”.
