A principios y mediados del siglo pasado la Región Huetar Norte, carecía de vías de comunicación y de medios de transportes, de ahí, que los pioneros de esta tierras, hacían una labor comercial, que hoy resulta titánica, arreaban manadas de cerdos o de ganado por caminos de tierra hasta el Valle Central para ser vendidos el mercado.
Esta labor, perduró por muchos años, incluso el escritor sancarleño Norman Rodríguez Chaves, en su libro “De la Villa a la Bajura”, relata estas travesías que hacían valientes hombres de la Región que incluso traían animales arreados desde Nicaragua, para ser vendidos en la Región Huetar Norte.
Los arreadores de cerdos y de ganado, en aquellos años, se convirtió en un oficio que había que aprender para evitar que los animales se dispersaron y se perdieron en aquellos grandes trayectos de más de 100 kilómetros.
Duraban días arreando animales
Las arreadas de cerdos y de ganado duraban varios días, ya que los trayectos eran largos. Se hacían con varias personas, algunos montados a caballo y otros a pie. Era una labor difícil, ya que los animales debían caminar juntos por los trillos y había que evitar asustarlos, porque se dispersaran por las montañas y se perdían y eran difícil de recuperar.
Es esta forma tan sacrificada, decenas de comerciantes y arreadores de la Región hicieron de esta actividad una forma de vida, que redunda en el desarrollo de estos pueblos.
A través del Río San Carlos, decenas de comerciantes de la bajura, transportaban ganado en lanchas y botes hasta Muelle de San Carlos para luego llevarlos arreados hasta el Valle Central para ser vendidos.
De aquí, surgían decenas de anécdotas de los arreadores de cerdos y ganado, de sus sacrificios, ya que los animales debían atravesar terrenos difíciles y ríos sin puente, con el peligro de perder el cargamento de animales en el trayecto.
De esta forma, los comerciantes y arreadores de esta zona contribuyeron en el mejoramiento de la economía de estos pueblos.
Foto principal obtenida de Fotos Antiguas Costa Rica y su Historia (Erizo y Pochet)