El búho y la lechuza son aves nocturnas rapaces muy llamativas y misteriosas. Habitan los bosques y llanuras de la mayor parte de la Zona Norrte.
Tanto el búho como la lechuza deben su parecido a que pertenecen a la misma familia, la de las Strigiformes. Pero esta gran familia se subdivide a su vez en dos: los Strigidae, a la que pertenecen los búhos, y los Tytonidae, familia a la que pertenecen las lechuzas.
La diferencia entre búho y lechuza más fácil de advertir es su apariencia física: los búhos son grandes y robustos, tienen la cabeza redonda y su plumaje es marrón y blanco moteado. Poseen penachos de plumas en la cabeza y tienen los ojos grandes y juntos. Su cola es de longitud media. Ambos sexos tienen un plumaje idéntico.
Tanto el búho como la lechuza se alimentan de pequeños mamíferos, algunos reptiles y anfibios, insectos, aves pequeñas y, a veces, peces.
Los búhos usan grandes nidos situados en árboles fuertes a tres o cuatro metros de altura. Si pueden usarán nidos abandonados construidos por cuervos, halcones o incluso ardillas. Las lechuzas también descansan durante el día y algunas veces usan árboles huecos, pero prefieren hacer sus nidos en edificios como graneros y torres de iglesias o en agujeros de árboles, bordes de acantilados y grietas de edificios.
Silvia E. Bolaños, Ornitología, Museo Nacional de Costa Rica, en el sitio EcoBiosis, afirma que existen animales de la noche que desde tiempos antiguos han representado lo desconocido, el misterio, que nos han llamado tanto la atención que a su alrededor hemos creado supersticiones que poco a poco se han arraigado a nuestro diario vivir.
Las lechuzas y los búhos son aves que desconciertan con sus enormes ojos y vocalizaciones nocturnas, han sido protagonistas de estas creencias en todo el mundo, convirtiéndose desde criaturas que llaman a la muerte hasta protectores de almas.
“En Costa Rica cuando a las lechuzas y a los búhos se les escucha vocalizar, se piensa en diferentes cosas, por ejemplo, algunos piensan que anuncian la muerte y que oírlas por varias noches consecutivas, significa que alguna persona pronto perderá la vida”, afirma la Ornitóloga.
De acuerdo con Patricia Fernández, arqueóloga costarricense la representación de aves más antigua data del año 500 A.C., y fue hallada en un área funeraria en Guanacaste.
La pieza es un colgante en forma de hacha y cabeza de ave, que según Sánchez es una forma estilizada de una lechuza. Se presume que su representación estaba vinculada con personajes de linaje o algunos oficios específicos.
Tanto el búho como la lechuza han sido ligados con espíritus malignos y afirman que tienen pacto con el diablo. Por otro lado, también se les ha relacionado con eventos climáticos, por ejemplo cuando la Jú de león (Ciccaba virgata) vocaliza durante las noches, se dice que anuncia la entrada del “verano”.
Leyendas en el mundo
Según EcoBiosis no sólo en Costa Rica se tienen creencias en torno a las lechuzas y los búhos, alrededor del mundo, la más común es aquella en la que estas aves son mensajeras de la muerte y la mala suerte; en Sicilia, hay una leyenda que menciona que el autillo común (Otus scops), cuando llama cerca de la casa de un enfermo, éste morirá al término de tres días; y de no ser así, tendrá un problema con las amígdalas.
En África, piensan que los búhos son demonios poseídos y que ver uno, es indicador de un desastre inminente.
En Australia por ejemplo, se les visualiza como criaturas positivas que son guardianes de las almas de las mujeres que mueren; por eso las personas creen que al protegerlos, protegen las almas de sus familiares.
Los búhos se han utilizado también en la cocina con la idea de que poseen poderes mágicos y curativos. En Uruguay, la carne de la lechuza llanera es servida a los enfermos, creyendo que les despierta el apetito por otros alimentos.