Si viaja por las zonas rurales de la Zona Norte, en estos días podrá apreciar decenas de árboles de madero negro floreado. Es que es la época del floración de este prodigioso árbol, famoso por infinidad de usos.
El madero negro (Gliricidia sepium) es un árbol pequeño a mediano, de 2-15 metro de altura (ocasionalmente hasta 20 metros ) y 5-30 centímetros de diámetro (DAP), a menudo con múltiples tallos.
Es uno de los árboles más comunes y mejor conocidos en América Central. Proporciona madera, controla la erosión. Las hojas sirven como forraje para los animales. Es tutor para cultivos y principalmente cercas vivas. Es considerado como el segundo árbol leguminoso de usos múltiples más importante. Las hojas son utilizas por sus propiedades medicinales y repelente de insectos.
Este árbol tiene gran capacidad para tolerar y mejorar suelos muy pobres y degradados también la hace apta para la restauración de terrenos industriales contaminados y altamente perturbados.
Por su forma, raramente produce madera de grandes dimensiones, pero esta es muy dura y bastante pesada, resistente a termitas y hongos de pudrición. La madera de árboles viejos es excelente como leña.
No requiere tratamiento pre-germinativo, aunque si la semilla ha estado almacenada por más de un año se recomienda remojarla en agua fría por 24 horas antes de la siembra.