En tiempos de pandemia, asolados por el miedo y el dolor surgen grandes héroes, hombres y mujeres silenciosos arropados con gabachas, arquitectos de salud. Van al frente del enemigo, su escudo uniformes y la mística y espíritu de lucha para salvar vida en medio del ahogo los pacientes afectados por este virus que detuvo al mundo
Son médicos enfermeras y profesionales de salud que diariamente, batallan con pacientes contagiados. Exponen segundo a segundo su salud con el fin de salvar vidas.
Sus armas, la medicina moderna, los equipos y la voluntad y la mística con la que se enfrentan este enemigo invisible que avanza en silencio de un ser a otro por el mundo.
Una lucha tetánica, día y noche contra el monstruo invisible, que nos ha separado y obligado refugiarnos en nuestras casas. El monstruo que mantiene las calles, parques, y ciudades solas. El monstruo que ha detenido el ritmo del tiempo en todo el mundo, que hace temblar los gobiernos por el desplome de sus economías y genera caos en los hospitales
Diariamente estos héroes abanderan su uniforme en un agotador trabajo sin fin.
Hace unos días héroes olvidados, hoy, enaltecidos por esta lucha sin tregua, que han dado desde inicio dela pandemia
En momentos como estos, cabría reflexionar sobre esta labor encomiable que tiene nuestros profesionales de salud. Hombres y mujeres que deben lidiar contra la enfermedad y al mismo tiempo resguardar su vida del contagio.
Lo mínimo que podemos brindar un aplauso por estos seres humanos vestidos de vocación que ponen el pacho para salvar vidas. Quizá, lo poco al mismo tiempo mucho de lo que podemos hacer en estos días oscuros acatar las órdenes de estos profesionales, quedarnos