Hoy 23 de abril, hace un año, aconteció un hecho histórico no sólo para el país, sino para el cantón de San Carlos. A las 9:08 p.m se escuchó un estruendo seguido por un destello de luz en el cielo que conmocionó a todo el país.
En pocos minutos espezaron los reportes de los vecinos de diferentes partes de Coata Rica, entre ellos el de un familia en Caporal de Aguas Zarcas, que decía que una gran piedra de casi de dos kilos de peso había atravesado el zinc de su casa y había caído en lugar de la vivienda.
En un principio nadie creyó la versión de la familia de Caporal, sobre el aquel evento, pero luego con el paso de los días y de acuerdo a estudios, se determinó que la piedra que había caído en su casa y otras que calleron en la Palmera de San Carlos, eran verdaderos fragmentos de meteoritos.
Científicos de la Universidad de Costa Rica (UCR) hicieron lo estudios correspondientes y determinaron que se trataba de un meteorito.
Los análisis llevados a cabo por la UCR se complementaron con sofisticados análisis químicos e isotópicos, sobre todo en las universidades de Arizona y Nuevo México, en Estados Unidos.
Segun los científicos en Costa Rica solo existía el antecedente de un meteorito visto pasar como bólido, caído, recuperado y analizado: el meteorito Heredia, el 1.º de abril de 1857.
De tal manera, el meteorito Aguas Zarcas, que cayó la noche del 23 de abril del 2019, como una lluvia de centenas o miles de fragmentos, es el segundo registrado en la historia de Costa Rica.
Esa noche, a las 21:08, se observó un bólido en el cielo, que surcó en una dirección aproximada sureste a noroeste. Fue registrado por cámaras de observación de la Red Sismológica Nacional (situadas en lo alto de los volcanes Turrialba y Poás), de instituciones públicas y privadas, así como por numerosas personas, desde Quepos hasta San Carlos, y sobre todo, del Valle Central occidental, describieron los científicos de la UCR:
La lluvia de los meteoritos cayó en los distritos de Aguas Zarcas y La Palmera de San Carlos. El primer fragmento, con una masa principal de 1 071 gramos, fue recuperado por la dueña de una vivienda en el barrio La Caporal de Aguas Zarcas. Al impactar, horadó el techo de la parte posterior de la casa, rompió una cercha de madera y golpeó unas mesas plásticas, donde se quebró en pequeños fragmentos. El peso total recuperado fue 1 152 gramos.
Un fragmento de 280 gramos traspasó el techo de la casa de un perro, pero no lo dañó. Los cráteres de impacto vistos fueron poco superficiales y de menos de 20 cm de diámetro.
El total recuperado hasta fines de mayo se estima en casi 30 kg, que equivaldría a una roca del tamaño de una bola de playa pequeña. El área de caída de los diferentes fragmentos tiene una forma de elipse orientada sureste-noroeste, de unos 6,5 km de eje mayor y unos 3 km de eje menor.
Las primeras descripciones realizadas un par de días después fueron hechas por un equipo de la Universidad de Costa Rica (UCR), el cual corroboró que se trataba de un meteorito y que, de acuerdo con la política internacional de nominación de meteoritos según su sitio de caída, propuso el nombre “meteorito Aguas Zarcas”.
Meteorito de Aguas Zarcas.
A partir del trabajo cooperativo de un grupo internacional, este nombre (Meteorito de Aguas Zarcas) fue aprobado formalmente por la Sociedad Meteorítica Internacional el 30 de mayo (véase el enlace http://cort.as/-K1FI).
Con base en las características internas de la roca observada y químicas analizadas, el meteorito Aguas Zarcas se clasifica como pétreo condrítico carbonáceo, del tipo CM2. Es muy probable que la edad del meteorito se acerque a los 4.560 millones de años
Esto significa que sus componentes incluyen minerales que poseen agua en su estructura, y tiene en medio una matriz fina, componentes con carbón (orgánicos, pero de origen inorgánico), minerales de sulfuro con níquel, y con valores de composición general y de los isótopos de oxígeno de la roca, muy parecidos a los del sol.
La mayoría de los meteoritos condríticos provienen del cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter. Los impactos entre asteroides los pueden fragmentar y enviarlos fuera de la trayectoria de dicho cinturón. Por esto, al pasar cerca de otros planetas son atraídos por la fuerza gravitacional y finalmente chocan en la superficie.
Todo esto hace que el evento de Aguas Zarcas sea extraordinario y de gran interés científico a nivel nacional e internacional.