Por Víctor Ternovsky
«Dudosa», «ineficaz» y hasta «peligrosa». Es así como califican los medios ‘mainstream’ a la primera vacuna del mundo contra el coronavirus, Sputnik V, elaborada por Rusia. Una campaña de desinformación a nivel global que se está saldando con un gran fracaso.
Un golpe definitivo lo constituye la web rusa www.sputnikvaccine.com, donde en siete idiomas, incluido el español, se ofrece toda la información concerniente a la vacuna, fruto de años de investigaciones del Centro de Epidemiología y Microbiología Gamaleya.
Este útlimo hecho también tiene su confirmación en la mencionada página, algo que invalida las acusaciones lanzadas por varios países occidentales de que la Sputnik V es producto de haberles «robado» los datos necesarios para su creación.
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Así lo subrayó en una rueda de prensa en Moscú Kiril Dmítriev, director general del Fondo Ruso de Inversión Directa, que financió la aparición del esperado fármaco.
«Las investigaciones que permitieron crear la vacuna se remontan a hace seis años, algo que puede encontrarse en la web. Constatamos que algunas grandes empresas farmacéuticas y algunos políticos están atacando Rusia, sin ni siquiera querer conocer qué hacemos en la lucha contra el coronavirus. No nos sorprendería si nos acusan de haber robado esta vacuna a extraterrestres o algo por estilo. Estamos acostumbrados a ello y seguimos adelante, porque nuestro objetivo es salvar a nuestra gente, así como las vidas humanas alrededor del mundo. No obligamos a nadie a usar nuestra vacuna. Si hay países interesados en nuestra oferta, estamos felices. Si hay quienes prefieren esperar hasta que aparezcan vacunas alternativas, no tenemos nada en contra», apuntó.
Para el Dr. Augusto Zamora, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, hay «una suma de motivos que estaría en el fondo de la campaña para desacreditar la vacuna rusa».
Señaló que la Sputnik V «afectaría gravemente» a «las multinacionales estadounidenses y europeas» del sector salud en sus aspiraciones de enriquecerse con la venta de sus soluciones contra el COVID-19.
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La vacuna rusa es, además, una «bofetada al prestigio» de «las más grandes potencias científico-técnicas en el campo de la medicina» como son «EEUU o Gran Bretaña», agregó.
«Está claro que el país que ponga a disposición de la humanidad la primera vacuna se llevará el mayor de los méritos y reconocimientos. De allí toda la batería que han puesto en marcha con el objetivo de dinamitar de raíz la credibilidad de la vacuna rusa», subrayó Augusto Zamora.
Un análisis en el que coincidió Rafael Campo, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia, quien enfatizó, particularmente, que los intentos de la prensa dominante de desprestigiar a la Sputnik V acaba siendo inútil, dado que hay cada vez más gente que «no está comiendo mucho el cuento de las noticias oficiales».
Articulo de opinión del https://mundo.sputniknews.com/