Río Colorado, Sarapiquí, frontera norte
Policía de Fronteras decomisa cerca de media tonelada de malanga contrabandeada y una lancha con matrícula nicaragüense
• Contrabando de productos agrícolas afecta a productores nacionales, pero también a consumidores al adquirir un producto sin ningún control fitosanitario
• Producto quedó a la orden del Servicio Fitosanitario del MAG para ser desechado y evitar riesgos a posibles consumidores.
• Embarcación era tripulada por un ciudadano costarricense que procedía de Nicaragua, por lo que la lancha fue decomisada y quedó a la orden de la Policía de Control Fiscal.
Una vez más la Policía de Fronteras actúa en defensa de los productores agrícolas nacionales. En esta ocasión, los oficiales destacados en la frontera norte interceptaron un cargamento de aproximadamente media tonelada de malanga, la cual fue introducida al país al margen de la legislación fitosanitaria y tributaria.
El cumplimiento tuvo lugar el viernes durante un patrullaje de control acuático que realizaban por el río Colorado los oficiales de la Policía de Fronteras destacados en el puesto de Delta Costa Rica, en el distrito de Llanuras del Gaspar, cantón de Sarapiquí, frontera norte.
Fue así como observaron que, procedente del río San Juan, estaba ingresando a las aguas costarricenses del río Colorado una pequeña embarcación de nombre Aventurero, con matrícula nicaragüense N° 88, y por lo tanto sin registro, ni matricula de navegabilidad en Costa Rica.
A bordo de la lancha la Policía de Fronteras encontró cerca de nueve sacos cargados del tubérculo popularmente conocido como malanga o taro, cuyo peso podría ascender a cerca de media tonelada.
La lancha era tripulada por un ciudadano costarricense de apellido Montoya, oriundo de la provincia de Limón, a quien las autoridades le solicitaron la documentación de ley, sin que contara con permisos fitosanitarios ni comprobantes de pagos de los tributos respectivos.
Es por ello que, tras coordinar con representantes del Departamento Fitosanitario del Estado, se procedió a decomisar y a dejar a la orden de esa dependencia del Ministerio de Agricultura y Ganadería la mercadería en mención para ser destruida.
Lo anterior dado el peligro que representa para el consumo humano este producto, al no haber ninguna información sobre su origen y condiciones de ingreso al país, aparte del perjuicio económico para los productores nacionales.
Con respecto a la lancha, debido a la condición irregular de esta, pues no posee ninguna autorización para navegar en aguas nacionales, la Policía de Fronteras también la decomisó y la puso a la orden de la Policía de Control Fiscal.