Después de contribuir decididamente a bloquear la primera propuesta de diálogo multisectorial planteada por el Gobierno, la UCCAEP anunció el inicio de reuniones bilaterales con el movimiento Rescate Nacional.
José Maria Villalba , diputado dijo que primero que salta a la vista es la descomunal incapacidad y terquedad del Gobierno para enfrentar la crisis política que vivimos. Desde hace días venimos alertando en el Frente Amplio sobre la necesidad de aplicar criterios de realidad y flexibilidad en el diálogo, sin vetar o excluir a priori a ningún sector. Mucho menos a quienes se manifiestan en las calles, porque esas manifestaciones expresan el malestar de la ciudadanía más golpeada por la crisis que cada vez se siente menos representada por los partidos políticos.
Detalla que Sí, hay que escuchar a las personas que se manifiestan en las calles, sin generalizaciones ni prejuicios. La tiesura del Gobierno del PAC y su desprecio por lo popular no ayudan en nada a resolver la crisis.
El problema de la movida de UCCAEP es el doble discurso y la falta de coherencia. Al mismo tiempo se niegan a sentarse en un diálogo abierto y transparente con otros sectores de la sociedad para buscar soluciones a la grave crisis fiscal.
¿Que no les gustaba la metodología propuesta? podían haber exigido mejoras. ¿Que les preocupaba la exclusión de Rescate Nacional y otros sectores? Pues podían haber exigido su inclusión.
¿Que no hay confianza en el Gobierno? ¡Pues claro que no la hay! Eso pueden decirlo los pescadores artesanales o las personas trabajadoras del sector público. Pero si para alguien ha gobernado Carlos Alvarado en estos casi tres años que lleva de mandato es para la cúpula que controla actualmente la UCCAEP.
Entonces, no nos engañemos. Las motivaciones para no querer participar en un diálogo multisectorial son distintas y quién lleva las de perder es el resto de la sociedad costarricense.
Hay muchas formas de bloquear. Están los bloqueos de calles, a los que a menudo recurren las comunidades desesperadas por el abandono del Gobierno. Pero también está el bloqueo del Informe legislativo sobre los Papeles de Panamá. El bloqueo de las reformas legales para combatir la evasión fiscal de los ricos. El bloqueo de cualquier reforma para modernizar la Ley del Impuesto sobre la Renta y tapar los huecos que impiden que en Costa Rica haya justicia tributaria.
El pueblo que está en las calles, el que no y en especial la dirigencia de Rescate Nacional no deberían perder de vista los bloqueos de la UCCAEP.
Tampoco podemos perder de vista que para ciertos grupos de poder económico cualquier mesa de diálogo donde haya otros sectores de la sociedad es un mal negocio. ¡Si ellos tienen al Gobierno y a una mayoría de las fracciones legislativas comiendo de la mano! Cualquier mecanismo distinto de tomar decisiones es para ellos una pérdida de poder.
Por eso, desde inicios de la crisis hemos insistido en que el diálogo debe ser amplio, con representación de los diversos sectores que conforman la sociedad costarricense.
De lo contrario, serán las mayorías populares y especialmente las personas más desposeídas y excluidas las que lleven las de perder con conversaciones a puerta cerrada, sin representatividad y entre pequeñas minorías con poder. De ahí no saldrán proyectos ni agendas que beneficien a las mayorías para salir de la crisis fiscal y económica en la que nos encontramos.
Un verdadero diálogo no es fácil. Pero es urgente. Exige que los distintos sectores propongan y cedan para encontrar puntos en común y así construir acuerdos que puedan traducirse en políticas públicas. El pueblo costarricense y en especial el 26% de la población que sufre la pobreza merece una salida pacífica y política a la crisis.
Excelente balance. Si estamos en el mismo barco que se hunde, nos hora de ver las diferencias sino más bien aportar cada uno lo mejor para evitar la catástrofe.