Luego de 22 días haber sido baleado por la policía en Santa Lucía de Upala, Denis Cortés Arce, de 48 años, costarricense, vecino de Llano Azul, Upala, dice que cuando lo balearon, pidió a Dios que no lo dejara morir para decir la verdad.
Los visitamos ayer al filo de la 6:00 p.m. en su humilde vivienda de madera, donde vive sólo con su padre, un adulto mayor de 90 años y con un sordera severa. Aceptó contarnos la versión de los hechos que marcaron su vida para siempre, según él, por el sólo hecho de protestar, afirmó ( entrevista abajo)
«Me aferré al salmo 91 y oré para no morir. Quería vivir para contar a la gente como fueron las cosas. Yo nunca ataque a nadie estaba en el bloqueo, pero cuando nos tiraron los gases lacrimógenos, todos huimos y me refugié en una casa, ahí fue donde ingresó un policía y me disparo por la espalda», asegura.
Cuenta que producto de la bala que le fracturó dos costillas y le perforó el pulmón derecho, le ha afectado psicológicamente , ya no quiere toparse un policía en la calle, cuando ante los respetaba. Sufre de dolores que le impiden dormir.
Puso una denuncia en los tribunales y espera que se que haga justicia por la agresión sufrida por los antimotines. Asegura que es capaz de reconocer el policía que le disparo a quema ropa, aquel 14 de octubre alrededor de la 1:00 p.m.
