Reportaje de UCR
En los años 80 el país aún era autosuficiente, pero ahora más del 80% de los frijoles y el arroz que consumimos los costarricenses son importados. ¿A qué se debe este cambio? El Dr. Luis Felipe Arauz Cavallini nos ayuda a entenderlo.
En condiciones habituales, la Región Huetar Norte produce el mayor porcentaje de frijol (cantones de Upala y Los Chiles 50%), seguida de la Región Brunca (Pejibaye de Pérez Zeledón y Buenos Aires 35%) y la Región Chorotega (Santa Cecilia de La Cruz 12%). Fuente: Informe Situacional Granos Básicos 2012-2019, Ministerio de Agricultura y Ganadería.
El gallo pinto que usted se come hoy muy probablemente esté elaborado con frijoles de China o Nicaragua y arroz de Argentina o de Uruguay. Aunque nuestro país en el pasado producía lo que nos comíamos, hoy el plato típico costarricense ya no es tan nuestro y el precio que pagamos por él tampoco es !Pura vida!
En el último año los precios de los granos básicos se han incrementado. Estos aumentos evidencian la dependencia del suministro internacional de alimentos, afectado por el encarecimiento de las materias primas como los fertilizantes y el combustible que ha resultado de la crisis de los contenedores y del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Según el Reporte Regional de Granos Básicos de marzo 2022, hubo importantes incrementos en los precios respecto al promedio de los últimos cinco años. El arroz 80/20 refleja un 10 por ciento, el maíz blanco 13 por ciento, mientras que el precio del frijol negro 34 por ciento y el rojo 19 por ciento.
Pero veamos más allá de lo inmediato. El problema de los altos precios de los granos básicos que afectan hoy a los consumidores, tiene raíces profundas que iniciaron décadas atrás. Decisiones políticas, la inacción estatal y la falta de coordinación entre los sectores involucrados llevaron al país a pasar del autoabastecimiento en los años 80 a un estado de dependencia de las importaciones de arroz, frijoles y maíz.
Costa Rica es el país centroamericano con mayor dependencia de las importaciones de maiz y frijol, según datos del Informe Estado de la Nación. El programa señala que: «entre el 2000 y el 2018 esta dependencia pasó de 64% a 99,4% en el maíz; de un 0,5% a un 54,5% en arroz y de 65% a 79,6% en frijoles (Cepal, 2020).»
Entre 1990 y el 2019, los granos básicos experimentaron una contracción del 66,5% en la composición del área agrícola sembrada y registrada por Sepsa-MAG, según advierte el Informe Estado de la Nación, 2020. En este mismo periodo la producción se concentró en pocos cultivos, cinco de ellos sumaron el 75% del total: caña de azúcar, banano de exportación, piña, café y palma aceitera, mientras que los granos básicos, las hortalizas y las raíces tropicales representaron menos del 10% de la producción nacional.
“Nosotros fuimos autosuficientes en algún momento, allá por los años 80 inclusive exportábamos frijoles a Centroamérica” reflexiona el decano de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias de la UCR y exministro de Agricultura y Ganadería (2014-2018), el Dr. Luis Felipe Arauz Cavallini, cuando se le pregunta si cree que algún día el país podría autoabastecerse de granos básicos.
Por su parte, Marcela Dumani, profesora e investigadorade la Escuela de Nutrición, en su artículo: “Los frijoles ticos: más que un alimento nutritivo” señala: “En la actualidad, vemos con preocupación que, de los frijoles rojos y negros que comemos los costarricenses, solamente un 15-20% son producidos en nuestro territorio (80% importados). Y esto resulta preocupante porque quiere decir que como país hemos ido abandonando la producción de un alimento básico y altamente nutritivo, haciéndonos dependientes de su importación”.
Cruda competencia
La producción de frijol hoy se enfrenta a una cruda competencia contra los bajos precios del grano importado de países como China, Argentina y Nicaragua. Debido a que durante una época del año no hay producción local, el Consejo Nacional de Producción (CNP) declara desabasto, lo cual es una autorización para que la industria pueda importar frijoles sin aranceles, explica el Dr. Luis Felipe Arauz. Esto de acuerdo a la Ley 8763: Requisitos de desempeño para la importación de frijol y maíz blanco con arancel preferencial, en caso de desabastecimiento.
En el Informe de Granos Básicos 2012-2019, el Ing José Eduardo Valerín Román, entonces gerente del Programa Nacional de Granos Básicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), apuntó que para el caso del frijol “la presión es mayor conforme la economía es cada vez más abierta o global, todo lo cual está ejerciendo presiones en diversas etapas de la cadena de producción, comercialización, transformación y consumo”.
Además, la firma de convenios comerciales y la eliminación de aranceles (EUA 2020, Perú 2022), afectan la actividad, como resultado de un mercado abierto que se mueve según la oferta y demanda nacional e internacional. De acuerdo a lo expuesto por Valerín, «bajo este esquema las industrias importan frijol desde terceros mercados, así como también amparados al TLC con la República Popular de China, que permite el ingreso de 10,000 toneladas de frijol negro sin pagar arancel».
“Con cada cosecha se dan eventos particulares que motivan o reducen la intención de compra por parte de la industria, en particular el tema del precio internacional, que en el caso del frijol rojo se establece de acuerdo con el precio imperante en Nicaragua, y en el caso del negro del precio en China u otro país como EUA”, detalla el Ing. Valerínen en su informe.
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.
¿La ruta del arroz?
En el caso del arroz, según explica Arauz, se ha logrado dar cierta protección al productor nacional mediante la imposición de aranceles y la regulación de precios mínimos para todas las calidades de arroz Pilado (para el consumo final) lo que garantiza ganancia para los productores, la industria y precios estables para el consumidor.
Sin embargo, la producción del arroz podría seguir la misma ruta que los frijoles. El gobierno actual anunció el 6 de julio «La ruta del arroz» una estrategia que incluye dos decretos que se elevaron a consulta pública.
El primer decreto tiene por objetivo eliminar la regulación de precios al considerarse que esta medida perjudica a los consumidores, limita la competencia entre industriales y entre éstos y los importadores. El segundo decreto, acuerda la reducción del arancel que pagan los importadores de arroz, el cual bajará de un 36% a 4.5% en Granza y 5% en Pilado.
¿Qué pasará una vez que se desregule en precio del arroz? Para Arauz, lo más probable es que inicialmente el precio al consumidor baje artificialmente y luego vuelvan a subir, ya que al ser el arroz un producto de consumo básico, siempre habrá demanda.
«En Costa Rica el precio del arroz al consumidor se fija por decreto. Si se elimina la fijación de precios y se importa arroz barato, va a pasar como con el frijol: el precio al consumidor no bajó, y sí aumentaron las ganancias de importadores e intermediarios, en particular las grandes cadenas de supermercados» advierte el académico.
Como resultado de este tipo de políticas, además de no beneficiar al consumidor, se arruinará el sector arrocero y los miles de empleos que genera, causando un impacto negativo en la seguridad alimentaria, vaticina Araùz.
Gráfica muestra el precio del arroz en supermercados según en poder de paridad de compra para diferentes países. Costa Rica se ubica a la mitad de la gráfica con un precio de $1.23.
Injusticia social
Los vaivenes del mercado internacional, los bajos precios que los intermediarios les pagan por cada quintal de frijol producido, junto a la falta de infraestructura para el almacenamiento, que impide que puedan aprovechar la cosecha durante todo el año, son las principales razones que han ido sacando a los agricultores nacionales de la actividad frijolera.
“Hay una situación de injusticia social. Mucho del negocio queda en la cadena de intermediación que lo que hicieron fue poner los frijoles en una bolsa y ponerlo en la góndola del supermercado, mientras que el productor recibió 25-30 mil colones por quintal por dos meses meses de trabajo para sacar ese frijol.” acota el Dr. Arauz.
Esta injusticia se ha convertido en una constante para las comunidades agrícolas de regiones tradicionalmente frijoleras y de bajo desarrollo humano, como lo es Upala. Allí la UCR ha llegado para empoderar a mujeres y hombres para gestionar su territorio y su alimentación, en un intento por mejorar sus condiciones de vida.
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A esta problemática también se suman los efectos del cambio climático que han golpeado de forma inclemente a las regiones productoras de frijol como Upala (2017 Huracán Otto y 2018 Tormenta Nate), dejando a las comunidades aún más empobrecidas.
Abandono y esperanza
¿Pero porqué Costa Rica ha abandonado el cultivo de sus granos básicos? Dos investigadores de la Universidad de Costa Rica, Víctor Garro Martínez y Rafael González Ballar señalan una simple respuesta: el país ha disminuido su capacidad de autoabastecimiento de productos básicos para la alimentación como consecuencia de la falta de políticas públicas que apoyen a los sectores productivos.
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Con este criterio coincide el decano Dr. Luis Felipe Arauz Cavallini, quien ha señalado en múltiples ocasiones la falta que hacen los extensionistas, el escaso financiamiento que hay disponible para el sector agrícola y la necesidad de modernizar la agricultura con sistemas de producción más eficientes y sostenibles.
Desde la academia, Arauz aún conserva la esperanza de que tanto los productores de frijol, concentrados en la zona de Upala y Pérez Zeledón, como los arroceros de Guanacaste y la zona Sur puedan recuperar un papel protagónico en la producción y suministro de granos para el mercado nacional.
Mientras tanto, expertos en mejoramiento de la UCR siguen trabajando en la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit Moreno para ofrecer semilla de frijol de alta calidad para los productores y desarrollar variedades de frijol que resistan la sequía y se adapten mejor a las condiciones del país. Así la Universidad de Costa Rica contribuye a que los frijoles lleguen a su mesa.
En el campo, las mujeres campesinas y hombres siguen luchando contra las adversidades para que el arroz y los frijoles costarricenses no desaparezcan de la mesa de los ticos.
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