Por Ramón Meneses.
Upala tiene una destacada atleta, se trata de Criselder Temple Morales, velocista en 100-200 y 400 metros planos. Es una de las deportistas más destacadas de este cantón alajuelense y porque no de la Zona Norte y de Costa Rica, Ha representado al país en innumerables justas deportivas. Es poseedora de más de 500 medallas que hablan por ella en su exitosa diciplina deportiva como velocista.
Criselder se inicio cuando aún tenía apenas 11 anos cuando estaba aún en la escuela en Santa Cruz Guanacaste, pues es originaria de ese lugar, su padre era de origen jamaiquino y, él la entrenaba pues había descubierto el potencial de ella.
Cuenta que inicio corriendo en competencias descalza, su familia era muy pobre y no tenían plata como para comprarle un par de zapatos porque además eran varios hermanos en pobreza extrema. Cuando a veces iba a competir un día antes su papá le decía a su madre . «a Criseldita échemele un guineo más para que aguante y mañana gane en la competencia…«
Es normal actualmente verla entrenar con las orillas de la calle frente a su casa en Upala centro marcadas para auto cronometrarse el tiempo en velocidad, esquivando vehículos y uno que otro que le para para evitar accidentar la en la vía.. Su tiempo y rutina diaria jira desde atender a su hijo especial por las mañanas, el trabajo como enfermera auxiliar del Hospital de Upala y, cuando regresa a su casa en horas ya muy avanzadas de la tarde, ponerse a entrenar su disciplina deportiva.
El apoyo que ella necesita institucional, la municipalidad , comité de deportes ha sido nulo. En este cantón alajuelense no existen instalaciones, ni condiciones, ni siquiera las más mínimas para que atletas cómo ella y los jóvenes que participan en los juegos nacionales entrenen.
Para poder participar en las justas deportivas tuvo que pagar de su bolsillo las inscripciones, el transporte y muchas veces las estadías fuera del país, a veces algunas personas se han solidarizado al ver la situación cuando tiene que competir fuera del país y le han dado alojamiento, otras veces sus compañeros de trabajo han echo «vacas» o juntas de dinero, y en una ocasión hasta convirtió su casa en centro de reciclaje de envases plástico y latas de aluminio que la gente le llevaba para que se costeara los gastos para poder asistir a competir y traer medallas para toda Costa Rica.
Criselder nos confiesa que su adicción es él deporte en la diciplina que ella práctica y, que su motor que la anima a esforzarse y a salir adelante pese a las dificultades y adversidades difíciles muchas veces es su hijo en condición especial de 15 años y que muchas veces dice a tenido que irse con el corazón partido pues lo a tenido que dejar al cuido de su otra hija adolescente , por ellos sus triunfos y medallas se los a dedicado a su hijo en condición especial.
Ella por necesidad ha tenido que comprarse algunas máquinas para hacer ejercicio y, otras ya usadas se las han dado baratas y una que otra persona de buen corazón le ha donado algo. Su zapatos y ropa para competir ella se los costea, incluyendo su bandera de del Costa Rica que siempre llleva y le acompaña y, que ella personalizó pero, además con la leyenda la « la negra upaleña» cómo la llaman según nos indica ella en las competencias y justas deportivas donde participa