Aunque en la Zona Norte ASADAS y Acueductos y Alcantarillados (AyA) ha invertido recursos para llevar aguas a comunidades alejadas, quedan muchos lugares que no cuentan con aguas potable y deben servirse de aguas de pozos artesanales o de lluvia para satisfacer necesidades
Una triste realidad que muchos desconocemos. En las comunidades Cureña y Cureñita de Sarapiquí en la Zona Norte las familias carecen de agua potable, para satisfacer sus necesidades básica, incluso para tomar, deben colocar estaños en las caídas de agua del zinc de sus casas para recolectar el líquido.
Aquí viven es muy difícil, porque aunque algunos familias han construido pozos, con las lluvias, el río se crece y los pozos se inundan debido a que es una zona muy plana.
La situación de los familias que se sirven de pozos artesanales no siempre es la mejor, ya que en la mayoría de veces se desconoce el tipo de agua que consumen, algunas con residuos de metales pesados o contaminados con materia fecal, lo que pone en riesgo su salud.
En la Zona Norte la mayor parte de las comunidades fronterizas con Nicaragua de los San Carlos, Los Chiles, Sarapiquí y Upala arecen de agua potable en
Un proyecto de San Carlos denominado aguas para las bajura, busca llevar el preciado líquido del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco a algunas comunidades de la Zona Norte, ya se llevó a varias comunidades de Pital, como el Saíno y Boca Tapada, pero se requieren muchos recursos para llevara a otros lugares distantes como el caso del Cureña y Cureñita.
Cabe resaltar que aunque vivimos en zona muy lluviosa y con algunos remanentes de bosque donde abunda el agua de calidad, en la mayoría de veces no se puede llevar a comunidades alejadas por la carencia de recursos y por las políticas de los gobiernos de proveer de servicios a los centros de población y no hacerlo en poblados rurales.