?? Niño Chimú de élite
A mediados del siglo XV, los Chimúes, ante la inminente desaparición de su cultura a manos de los Incas y por las inundaciones y otras catástrofes naturales causadas por el fenómeno meteorológico de El Niño, ofrendaron en sacrificio más de un centenar de camélidos e infantes de entre 5 y 14 años de edad, probablemente, en un intento desesperado de «apaciguar la ira de los dioses».
Durante la ceremonia, los rostros de muchos de los niños fueron untados con un pigmento elaborado básicamente con cinabrio rojo y tras cortarles el esternón les abrieron la caja torácica posiblemente para extraerles el corazón. Las llamas sacrificiales parece ser que también corrieron la misma suerte.
Gabriel Prieto, director del Programa Arqueológico Huanchaco, informó que hasta el momento se han registrado no sólo niños del pueblo chimú, sino también 10 niños de la élite chimú, que fueron elegidos para ser sacrificados junto a los demás menores.
En uno de los entierros, el personaje tenía el pelo hasta el hombro y había sido vestido con un tocado decorada con plumas de guacamayos de color azul, amarillas y rojas, las cuales posiblemente habrían sido traídas de la selva que ahora se conocen como las regiones de Madre de Dios y Ucayali.
Los Chimú residían a lo largo de la costa norte de Perú y fueron una de las civilizaciones más poderosas de la región. Alcanzaron prominencia entre 1200 y 1400 antes de ser conquistados por los incas, que a su vez fueron conquistados por los españoles.
Esta civilización adoraba a un dios de la luna llamado Shi que, a diferencia de los incas, creían que era más poderoso que el sol.
Sitios arqueológicos de los sacrificios: Huanchaquito – Las llamas y Pampa de la Cruz muy cerca de la ciudadela de Chan Chan del poderoso reino Chimú.
Por Perú Conócelo