Conozca la rana de Alaska que se congela en el invierno

Por Enséñame de Ciencia

Uno de los eventos biológicos más espectaculares en el reino animalia, es sin duda alguna el que ocurre con la rana de madera de Alaska.

Cuando llega el invierno, las ranas de madera de Alaska (Lithobates sylvaticushacen) hacen algo muy extraño: se CONGELAN.

No se congelan totalmente de manera sólida, pero sí los dos tercios del agua de su cuerpo se convierten en hielo. Si las recoges, no se moverán, y si doblaras una de sus ancas, se romperían.

Dentro de estas ranas congeladas están sucediendo cosas fisiológicas muy extrañas e interesantes. Sus corazones dejan de latir, su sangre ya no fluye y sus niveles de glucosa se disparan.

Cuando las células se congelan, se secan y mueren con el tiempo. Para prevenir esto, las ranas embalan sus células con glicerol (sustancia crioprotectora), el cual reduce el secado y las estabiliza.

A nivel organismal, estas criaturas están esencialmente muertas», explicó en algún momento Don Larson, de la Universidad de Alaska, quien es experto en estas ranas. «Las células individuales siguen funcionando, pero no tienen forma de comunicarse entre sí».

Lo más loco de todo, es que en este estado congelado pueden soportar temperaturas de hasta cero grados Fahrenheit durante siete meses, y luego, cuando llegua la primavera, se descongelan y simplemente salen saltando.

La imagen superior alude a la característica de dicho ejemplar en una artesanía. La imagen inferior es de la especie verdadera.

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