En Costa Rica, los «lirios» pertenecen a plantas del género Hymenocallis, también conocidas como lirios de agua o lirios de pantano. Estas plantas son nativas de la región y se encuentran en varios hábitats acuáticos, como lagunas, ríos, estanques y humedales.
Los lirios de agua son plantas perennes que tienen hojas largas y estrechas con flores blancas y fragantes. Sus flores tienen una forma distintiva con seis pétalos que se asemejan a una corona. Estas plantas son apreciadas por su belleza ornamental y son comunes en jardines acuáticos y estanques ornamentales.
Además de su valor estético, los lirios de agua también pueden tener beneficios ecológicos en los ecosistemas acuáticos. Entre ellos:
Mejora de la calidad del agua: Los lirios de pantano son excelentes purificadores naturales del agua. Sus raíces y hojas ayudan a filtrar los nutrientes y contaminantes presentes en el agua, como nitratos y fosfatos, lo que contribuye a mantener una buena calidad del agua en los cuerpos de agua donde se encuentran.
Hábitat y refugio para la fauna: Los lirios de pantano proporcionan hábitats y refugio para diversas especies de animales acuáticos. Sus hojas flotantes y densas raíces sirven como áreas de desove y crianza para peces, anfibios e invertebrados acuáticos. También ofrecen refugio y protección contra depredadores.
Diversidad de flora y fauna: La presencia de lirios de pantano contribuye a la diversidad biológica en los humedales y otros cuerpos de agua. Al proporcionar un hábitat adecuado para diferentes especies, ayudan a mantener una rica biodiversidad.
Prevención de la erosión: Las extensas raíces de los lirios de pantano ayudan a estabilizar los sedimentos en las orillas de los cuerpos de agua, previniendo la erosión costera y fluvial.
Protección contra inundaciones: La presencia de lirios de pantano en áreas pantanosas y humedales puede reducir el riesgo de inundaciones al actuar como esponjas naturales que absorben y retienen grandes cantidades de agua durante épocas de lluvia intensa.
Secuestro de carbono: Los humedales en general, incluidos los que albergan lirios de pantano, son sumideros importantes de carbono. Ayudan a capturar y almacenar dióxido de carbono atmosférico, contribuyendo a mitigar el cambio climático.