La majestuosidad del «Árbol de la Paz» en Guatuso desafía a la amazonía brasileña

En un impresionante duelo de dimensiones naturales, el Árbol de la Paz, también conocido como la ceiba de Guatuso en Alajuela, Costa Rica, ha demostrado ser un gigante entre gigantes al superar más del doble el perímetro del árbol más alto descubierto recientemente en la Amazonía brasileña.

El Ceiba de Guatuso, un emblema de la exuberante biodiversidad de la Zona Norte de Costa Rica, se alza imponente con un perímetro de 22.55 metros y una altura de 48 metros. En comparación, el árbol más alto de la Amazonía brasileña, un angelim vermelho (dinizia excelsa), descubierto en la Reserva Natural del Río Iratapuru, tiene un perímetro de 9.9 metros y alcanza la asombrosa altura de 88.5 metros, equivalente a un edificio de 25 pisos.

Comparación

El descubrimiento de este gigante amazónico se llevó a cabo gracias a un proyecto de mapeo en 3D que utilizó imágenes de satélite en 2019. Aunque inicialmente avistado en ese año, el angelim vermelho se mantuvo esquivo hasta la valiente expedición llevada a cabo del 12 al 25 de septiembre de este año. Los investigadores recorrieron 250 kilómetros en bote río arriba y caminaron otros 20 kilómetros a través de un terreno selvático montañoso para finalmente llegar a esta maravilla de la naturaleza.

Ubicado en la comunidad de Río Celeste, el Ceiba de Guatuso se destaca como uno de los cinco árboles más grandes de Costa Rica. Conocido por los indígenas Maleku como las «Escaleras al Cielo», este árbol colosal ha sido testigo de más de 400 años de historia. Para los Maleku, el árbol tenía una conexión con el inframundo, y creían que su imponente presencia revelaba el pasaje de la tierra al cielo. Cuando fallecía un cacique, su cuerpo descansaba al pie del árbol, permitiendo que su espíritu ascendiera por el tronco hacia los reinos ultraterrenos.

Ceiba de más de 400 años

Acceder a esta maravilla natural requiere tomar el camino hacia la comunidad de La Paz, a lo largo de la ruta que conduce al Parque Nacional Volcán Tenorio. Este viaje no solo revela la grandiosidad del Ceiba de Guatuso, sino que también destaca la riqueza y diversidad de la flora en la región, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en el corazón de la naturaleza costarricense. La magnificencia de este árbol, que supera a su contraparte amazónica en dimensiones, resalta la importancia de conservar y admirar la biodiversidad única que caracteriza a la Zona Norte de Costa Rica.

El Ceiba Centenario de Guatuso: Testigo de Historia y Símbolo de Paz

En las profundidades de Katira de Guatuso, Alajuela, se alza un coloso vegetal que se ha convertido en un ícono de la región: un árbol de Ceiba con casi 50 metros de altura y una venerable antigüedad de alrededor de 400 años. Este majestuoso ser de la naturaleza no solo impresiona por su imponente presencia, sino que también se erige como un monumento viviente de paz y un observador silencioso del devenir del tiempo.

Ceiba de Guatuso

Un Gigante de la Naturaleza: Su Legado de 400 Años

Este gigante del bosque ofrece un espectáculo asombroso para aquellos que tienen el privilegio de contemplarlo. Su sombra se extiende generosamente, brindando refugio a cientos de especies que encuentran en sus ramas un hogar seguro. Además, contribuye significativamente al equilibrio ecológico al generar abundante oxígeno, una dádiva invaluable para la humanidad.

Declarado Monumento de Paz: Reconocimiento a su Grandeza

El 4 de junio de 1989 marcó un hito significativo para este prodigio natural, cuando el Ministerio de Ambiente y Energía emitió un decreto que lo consagró como el «Árbol Monumento de La Paz». Este título no solo reconoce su monumental tamaño y antigüedad, sino que también simboliza su papel como un emisario de tranquilidad y armonía en la región.

Vínculo Sagrado con los Maleku: «Las Escaleras al Cielo»

Ubicado en la comunidad de Río Celeste, este Ceiba es uno de los cinco árboles más grandes de Costa Rica. Para los indígenas Maleku, era conocido como «Las escaleras al cielo», debido a su imponente estatura. Más allá de su apariencia majestuosa, el árbol mantenía un vínculo sagrado con el inframundo, según las creencias Maleku. En su porte ciclópeo, los indígenas veían el paso simbólico de la tierra al cielo. En los momentos de trascendencia, como el fallecimiento de un cacique, el cuerpo descansaba al pie del árbol, permitiendo que el espíritu ascendiera por el tronco hacia los espacios ultraterrenos.

El Viaje hacia la Majestuosidad: Un Recorrido a la Comunidad de La Paz

Visitar este tesoro natural implica emprender un viaje hacia la comunidad de La Paz, siguiendo la ruta que conduce al Parque Nacional Volcán Tenorio. En este trayecto, los viajeros no solo se encuentran con la grandiosidad del Ceiba de Guatuso, sino que también se sumergen en la riqueza y diversidad de la flora circundante, proporcionando una experiencia única en la naturaleza costarricense.

La historia centenaria de este árbol excepcional y su papel como símbolo de paz y conexión con lo trascendental destacan la importancia de preservar y honrar la rica biodiversidad que caracteriza a la región de Guatuso en Costa Rica. Este monumento viviente no solo es un testigo de la historia, sino también un recordatorio eterno de la necesidad de proteger y apreciar la maravilla de la naturaleza.