- Ayer los oficiales decomisaron otros cuatro gallos y 18 espuelas procedentes posiblemente de Nicaragua
- Las peleas de gallos están prohibidas en Costa Rica desde 1922 y la Ley de Bienestar Animal contempla penas de cárcel para quienes realicen peleas de animales
- La Ley de Conservación y Protección de Tortugas Marinas prevé penas de hasta dos años de prisión para quienes retengan, con fines comerciales, tortugas marinas, o comercien productos o subproductos de estas especies como es el carey
- Autoridades reiteran que las peleas de gallos no son una muestra de cultura, sino una práctica de maltrato animal, asociada a muchas otras actividades criminales como la matanza de tortugas marinas
Como parte de su misión de combatir todo tipo de criminalidad en las fronteras terrestres, la Policía de Fronteras ha decomisado, durante dos operativos realizados en los primeros cinco días de este mes, cinco gallos de pelea, así como 29 espuelas presuntamente hechas de caparazón de tortuga carey.
El caso más reciente tuvo lugar la tarde del domingo en la localidad de La Cruz, distrito de Las Delicias de Upala, donde en un patrullaje para prevenir y combatir toda clase de actividades ilícitas, varios oficiales de la Policía de Fronteras detectaron, a tan solo 50 metros de la línea limítrofe, un vehículo tipo carga liviana que se dirigía hacia Upala, el cual era conducido por un costarricense de apellido Contreras.
Tras solicitarle que mostrara lo que llevaba a bordo del vehículo, Contreras accedió a entregar cuatro gallos de pelea, los cuales tenían sus crestas cortadas, además de no tener plumas en la parte de abajo.
También llevaba consigo un estuche con 18 espuelas para gallos de pelea, las cuales aparentaban ser de carey, por lo que de inmediato los oficiales fronterizos realizaron las debidas coordinaciones con las autoridades competentes.
Tanto las espuelas como los gallos fueron remitidos a la orden del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), mientras que a la Fiscalía de Upala fue remitido un informe sobre lo sucedido, pues la legislación costarricense prohíbe la tenencia o comercialización de subproductos de tortugas marinas, como es el caso de los artículos hechos a base de caparazones de tortugas carey.
La Ley de Conservación y Protección de Tortugas Marinas, en su artículo sexto, contempla penas de hasta tres años de prisión para quien mate, cace, capture, destace, trasiegue o comercie tortugas marinas.
De igual manera esa norma establece sanciones de hasta dos años de cárcel para las personas que retengan, con fines comerciales, tortugas marinas, o comercien productos o subproductos de estas especies.
Cabe indicar que el pasado martes, la Policía de Fronteras interceptó a un motociclista en distrito de Yolillal de Upala, quien procedía de la frontera con Nicaragua, el cual tenía en su poder un gallo de pelea y 11 espuelas posiblemente confeccionadas a base de carey.
Además de la ilegalidad que reviste la tenencia y comercialización de espuelas hechas con caparazones de tortugas que fueron sacrificadas para utilizar sus subproductos, las peleas de gallos están prohibidas en Costa Rica hace más de 100 años.
Además de ello, las personas que son sorprendidas con gallos que presenten evidentes muestras de maltrato, o que organicen peleas de estos animales, también se exponen a ser procesados por violación a la Ley de Bienestar Animal.
Según autoridades del SINAC, la tortuga carey es la especie de tortuga marina más rara del país, catalogada según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la naturaleza) como en peligro crítico de extinción.
Es por ello que además de evitar el maltrato de animales como los gallos, la Policía de Fronteras también se preocupa por proteger una especie en vías de extinción como la tortuga carey.