Semana culmina con cinco oficiales de la Fuerza Pública heridos en el cumplimiento del deber
Tres hechos registrados esta semana en tres diferentes provincias del país ponen de manifiesto, una vez más, los riesgos que están dispuestos a correr quienes trabajan en los cuerpos policiales, así como la mística y dedicación que caracteriza su labor en pro de la seguridad de la ciudadanía.
Se trata de dos incidentes registrados en las provincias de Heredia y Puntarenas, ocurridos durante operativos enfocados en la prevención y combate de delitos contra la vida y contra la propiedad, así como un ataque armado durante una intervención contra el tráfico local de drogas en Cartago, todo lo cual arroja un saldo de cinco policías con lesiones que van desde golpes hasta un impacto de bala y fracturas en los brazos.
El más reciente caso ocurrió la noche de este sábado en Tárcoles de Garabito, Puntarenas, cuando un policía voluntario (miembro de la Reserva de la Fuerza Pública) de apellido Arguedas, de 38 años, fue atropellado por un conductor sin licencia, quien guiaba un furgón, el cual impactó al policía, causándole fracturas expuestas en ambos brazos.
También la noche del pasado miércoles 22 de mayo un oficial de la Fuerza Pública, de apellido Araya, de 27 años de edad, fue atacado junto a otros compañeros por una turba que la emprendió contra ellos a pedradas y disparos durante un patrullaje realizado en el barrio Manuel de Jesús Jiménez, cantón central de Cartago, sitio en el que los oficiales estaban deteniendo a un supuesto expendedor de drogas.
El oficial Araya resultó herido de bala en su brazo izquierdo, lo que ameritó su urgente traslado al Hospital Max Peralta de la ciudad de Cartago y posteriormente al Hospital del Trauma en San José.
Por otra parte, la tarde del viernes varios sujetos intentaron perpetrar un asalto en la localidad de Río Frío, distrito de Horquetas, cantón de Sarapiquí, Heredia, por lo cual, una patrulla con tres oficiales a bordo le dio seguimiento al auto en el que presuntamente huían los sospechosos.
Durante la persecución, efectuada entre Colonia Nazareth y Colonia Villalobos, la patrulla volcó, lo cual causó que los tres policías resultaran con golpes varios y excoriaciones, por lo que fueron atendidos por personal de la Cruz Roja y luego remitidos a la Clínica de Río Frío.