MEP quitaría “formación erótica” en programas de educación sexual, pero no eliminará programas

El Ministerio de Educación Pública (MEP) ha emitido un comunicado para muchos, ambiguo que, lejos de aclarar, confunde a la población.
Si bien afirman que “no eliminarán” la educación sexual, en la práctica, al excluir temas fundamentales como el consentimiento, la violencia sexual, los juguetes asexuales y la pornografía en contextos educativos, se desmantela un programa que ha demostrado resultados positivos, como la reducción significativa de embarazos en la adolescencia.

La importancia de la educación sexual

La educación sexual no solo busca informar, sino también formar ciudadanos responsables, con valores como el respeto, la corresponsabilidad y la autoestima. Temas como el consentimiento y la responsabilidad afectiva son esenciales para prevenir abusos y fomentar relaciones saludables, pilares de una sociedad más equitativa y justa.

En programas como el de Afectividad y Sexualidad, particularmente en décimo año, psicólogos y psicólogas (en su mayoría mujeres) han trabajado con enfoque profesional para:

1. Prevenir la violencia sexual.

2. Enseñar el consentimiento y la responsabilidad afectiva.

3. Reducir los embarazos no deseados.

4. Identificar y denunciar la violencia en las relaciones.

5. Fomentar el respeto a la integridad física y emocional propia y de los demás.

Según expertos la eliminación de estos programas no solo afecta a los estudiantes, sino que beneficia a sectores que han lucrado históricamente con la falta de educación:

Menos embarazos adolescentes: menos fuerza laboral barata y vulnerable.

Jóvenes conscientes: más denuncias de abuso y menos víctimas disponibles para redes de trata y turismo sexual, actividades que tristemente generan ingresos significativos en ciertos sectores del país.

Un retroceso para los derechos y la educación

Este cambio representa una legitimación de prejuicios y estereotipos promovidos por sectores conservadores, que no presentan pruebas ni argumentos basados en evidencias. Se desestima el trabajo profesional de quienes, desde las aulas, han luchado por formar generaciones más conscientes y responsables.

La educación sexual no es un lujo ni un capricho, es una herramienta fundamental para construir una sociedad más justa y respetuosa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *