3 Femicidios en menos de 24 horas y caso de Tamara Centeno alerta al País

En un giro trágico que refleja la creciente violencia de género en Costa Rica, tres femicidios se han registrado en un lapso de apenas 24 horas, encendiendo nuevamente las alarmas sobre la vulnerabilidad de las mujeres en el país.

Ayer, el 26 de enero de 2025, se produjo un femicidio en San Rafael de Heredia; hoy, 27 de enero, otro en Santa Rosa de Pocosol, y un tercer caso en Cahuita, Limón.

Además, el asesinato de Tamara Centeno, una joven de 20 años, ha generado una gran conmoción a nivel nacional, destacando aún más la urgencia de una respuesta efectiva contra la violencia de género en Costa Rica.

Crímenes

Costa Rica ha venido enfrentando un alarmante aumento de femicidios en los últimos años, una problemática que afecta no solo a las víctimas directas, sino a la sociedad en su conjunto.

El femicidio, definido como el asesinato de una mujer por su condición de mujer, sigue siendo uno de los crímenes más violentos y devastadores que afectan a la sociedad costarricense.

En 2024, el país registró al menos 23 femicidios, y las cifras podrían ser aún mayores si se incluyen los casos que no se denuncian o aquellos catalogados como homicidios sin un trasfondo de violencia de género.

Sin embargo, lo que ha ocurrido en las últimas 24 horas es particularmente alarmante: tres crímenes en tan corto período de tiempo, lo que resalta la urgencia de políticas públicas más efectivas en la prevención y protección de las mujeres.

Femicidio en San Rafael de Heredia (26 de enero)

El primer femicidio se produjo el 26 de enero en el cantón de San Rafael, Heredia. Una mujer de 38 años, cuya identidad se mantiene en reserva, fue asesinada por su pareja luego de una discusión en su hogar. El agresor, quien previamente había tenido antecedentes de violencia doméstica, la golpeó brutalmente hasta quitarle la vida. El hombre se entregó horas después a las autoridades y fue detenido. Sin embargo, la familia de la víctima denunció que a pesar de las denuncias previas de abuso, no se había tomado ninguna medida preventiva para proteger a la mujer.

Femicidio en Santa Rosa de Pocosol (27 de enero)

El segundo femicidio ocurrió en la mañana del 27 de enero en Santa Rosa de Pocosol, una pequeña localidad en la provincia de Alajuela. La víctima, una mujer de 30 años, fue asesinada por su pareja, quien, según los informes preliminares, la estranguló durante una discusión. El hombre, quien estaba siendo investigado por agresiones previas, huyó del lugar, pero la policía ya se encuentra tras su rastro. Este caso ha generado una gran consternación, ya que la mujer había acudido en varias ocasiones a la policía para denunciar el maltrato, pero la situación no fue atendida con la urgencia necesaria.

Femicidio en Cahuita, Limón (27 de enero)

Poco después del caso en Pocosol, se reportó otro femicidio en Cahuita, Limón, donde una joven de 23 años perdió la vida en manos de su pareja. Según las autoridades, el hombre disparó a la víctima varias veces, dejándola sin vida en el lugar. Testigos aseguran que la pareja llevaba una relación conflictiva y que el agresor había mostrado comportamientos violentos en el pasado. Al momento del crimen, el agresor huyó del lugar, y las autoridades han iniciado una operación para localizarlo.

Asesinato de Tamara Centeno

Entre los casos más dolorosos, el asesinato de Tamara Centeno, una joven de 20 años, asesinada a golpes por extranjero de 60 años que convivía con la mujer

El informe de la autopsia realizada al cuerpo de la joven Tamara Centeno, de 20 años, reveló que fue asesinada a golpes.

Por este hecho su esposo David John Moriondo, un extranjero de 60 años, fue detenido mientras era atendido en el hospital por aparentemente tratar de quitarse la vida.

La joven se encontraba en estado de embarazo al momento en que fue asesinada.

El asesinato de Tamara ha dejado un vacío no solo en su familia, sino también en toda una comunidad que ve reflejada en su historia la necesidad urgente de reformar los sistemas de protección y respuesta ante la violencia de género.

Clamor social

Ante la creciente ola de femicidios, tanto la sociedad como las autoridades han comenzado a cuestionarse la efectividad de las políticas actuales. Aunque Costa Rica ha implementado leyes como la Ley de Protección Integral de las Mujeres, que busca prevenir la violencia de género, los resultados han sido limitados.

Expertos y organizaciones feministas han solicitado al gobierno y a las instituciones correspondientes que se enfoquen en acciones más efectivas, tales como:

Mejorar la respuesta institucional: Las denuncias de violencia doméstica deben ser tratadas con mayor urgencia y prioridad, garantizando que las mujeres reciban una protección real y efectiva.

Educación y prevención: Es crucial que se desarrollen programas educativos que fomenten el respeto a los derechos de las mujeres, la igualdad de género y la no tolerancia hacia la violencia.

Capacitación a funcionarios públicos: Los policías, jueces y fiscales deben recibir capacitación sobre cómo manejar los casos de violencia de género, para evitar que las mujeres queden desprotegidas y, en algunos casos, se revictimicen durante el proceso judicial.

Redes de apoyo más sólidas: Se requiere una red más amplia de refugios, líneas de atención y programas de rehabilitación para las víctimas de violencia doméstica, así como para los agresores.

La reciente ola de femicidios ha puesto a Costa Rica frente a un espejo doloroso. Cada una de las vidas de las mujeres que han sido asesinadas en las últimas 24 horas representa no solo una tragedia personal, sino una falla colectiva para proteger a las víctimas de violencia. La sociedad costarricense, liderada por organizaciones feministas y defensores de los derechos humanos, debe unirse más que nunca para exigir cambios estructurales que pongan fin a esta violencia.

El país necesita urgentemente un cambio en la forma en que aborda la violencia de género, desde el ámbito educativo hasta la respuesta institucional, pasando por una reforma en la justicia que garantice que quienes ejercen violencia de género sean procesados de manera efectiva.

El llamado es actuar para que las mujeres de Costa Rica puedan vivir libres de miedo, sin tener que enfrentarse cada día a la posibilidad de perder la vida a manos de aquellos que deberían amarlas y respetarlas.

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