El país perdió la paz y se desangra:232 homicidios en 90 días:jóvenes los están matando

Costa Rica bajo el fuego: Violencia desbordada y un Estado en deuda con la seguridad


El país que perdió la paz: 232 homicidios en 90 días

El primer trimestre de 2025 culminó con 232 asesinatos, una cifra que supera los registros históricos y confirma la tendencia ascendente de la violencia. Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), marzo cerró con 85 homicidios, superando a enero (78) y febrero (69), lo que equivale a un crimen cada 8,77 horas o 2,74 muertes diarias . Randall Zúñiga, director del OIJ, advierte que, de mantenerse este ritmo, 2025 podría convertirse en el año más sangriento de la historia costarricense, superando los 907 homicidios de 2023 y los 880 de 2024 .

La escalada no solo refleja cifras: detrás hay una generación diezmada. El 38% de las víctimas (87 casos) tenían entre 18 y 29 años, un grupo vulnerable reclutado por el narcotráfico o atrapado en disputas territoriales. Las armas de fuego dominan el panorama (186 casos), seguidas de armas blancas (19) y otros métodos (27), mientras 11 víctimas colaterales —incluidas 6 mujeres— murieron por «daños colaterales» en ajustes de cuentas .


Geografía del terror: San José, Limón y Puntarenas en llamas

La violencia se concentra en zonas estratégicas para el crimen organizado:

  • San José: 78 homicidios, más que Limón (48) y Puntarenas (35) juntos. Distritos como Alajuelita y Pavas son epicentros de guerras entre bandas como «Los Lara» .
  • Limón: Aunque registra una disminución (27 casos en 2025 vs. 39 en 2024), sigue siendo clave para el narcotráfico, con operativos policiales temporales que no resuelven el problema de fondo .
  • 27 distritos —el 5.6% del total nacional— concentran el 49% de los asesinatos, según el Estado de la Nación. Entre ellos, Matina, Batán y Jacó, zonas con alto rezago social y control delictivo .

El fracaso de las medias tintas: Un gobierno sin rumbo

Mientras la ciudadanía exige respuestas, la administración de Rodrigo Chaves enfrenta críticas por su falta de estrategia integral. Las acciones se limitan a operativos reactivos: allanamientos esporádicos, retenes temporales y despliegues policiales que, según Zúñiga, solo ofrecen «parches momentáneos». «Cuando nos retiramos, la violencia regresa. Sin control territorial permanente, no hay solución», admitió el director del OIJ .

El ministro de Seguridad, Mario Zamora, insiste en que se evitará llegar a los 1.000 homicidios, pero sus declaraciones contrastan con la realidad: en solo 13 días de marzo, se contabilizaron 45 muertes, y proyecciones oficiales anticipan entre 925 y 975 asesinatos para fin de año . La impunidad agrava el panorama: menos del 14% de los casos de violencia contra mujeres llegan a juicio, y solo un tercio obtiene sentencias condenatorias .


Femicidios: La otra pandemia silenciosa

La violencia de género no cede. En los primeros dos meses de 2025, se registraron 10 femicidios, un tercio del total de 2024 (30 casos). De mantenerse esta tendencia, el año cerraría con 60 asesinatos por razón de género, duplicando la cifra anterior. Ocho de estos crímenes fueron cometidos por parejas o exparejas, y dos en contextos de violencia conexa .

Organizaciones feministas denuncian la inacción estatal: «El gobierno ignora las recomendaciones técnicas y prioriza discursos sobre acciones», señala un informe del Observatorio de Violencia de Género .


Control territorial: ¿La solución abandonada?

El éxito temporal en Limón (30 homicidios menos en 2024 gracias a operativos continuos) demuestra que la presencia policial sostenida funciona. Sin embargo, la falta de recursos y coordinación interinstitucional limita su replicabilidad. Zúñiga insiste en que se necesita:

  1. Inteligencia criminal para desarticular redes de reclutamiento juvenil.
  2. Inversión en tecnología (rastreo de armas, cámaras urbanas).
  3. Colaboración internacional para frenar el narcotráfico, tras convertirse Costa Rica en el «puerto más importante de droga hacia Europa» .

Costa Rica enfrenta una encrucijada: o revierte la tendencia con políticas audaces o se consolida como un narcoestado.

Las cifras son implacables: cada día mueren casi tres personas, y el miedo se instala en barrios otrora tranquilos. La pregunta que resuena en calles y redes es clara: ¿Cuántas muertes más se necesitan para que el gobierno actúe?

Mientras tanto, las proyecciones del OIJ pintan un futuro sombrío: 975 homicidios en 2025, un récord que mancharía para siempre la imagen de la «Suiza centroamericana». La bala, parece, le ganó la partida a la paz.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *