“¡Justicia para Choco!” es el grito que resuena en las redes sociales y calles de Ciudad Quesada, luego del trágico asesinato de Luis Roberto Quesada Retana, conocido cariñosamente como “Choco” entre sus amigos y vecinos.
La noche del viernes 2 de mayo quedará marcada con tinta oscura en el corazón de muchos sancarleños. La violencia volvió a golpear sin aviso y arrebató la vida de un joven muy querido en la comunidad de La Abundancia de Ciudad Quesada. Luis Roberto Quesada Retana, de tan solo 28 años, fue asesinado a balazos mientras se desplazaba en su vehículo, un Toyota Yaris negro, cerca del ECO Campus de la UTN.
El reloj marcaba la última hora del día cuando los vecinos escucharon las detonaciones. El silencio que siguió solo fue interrumpido por la angustia y el correr de quienes intentaron auxiliarlo. A Luis lo encontraron malherido dentro del vehículo, aún con signos vitales. Fue trasladado de emergencia al Hospital San Carlos, pero minutos después se confirmó lo que nadie quería escuchar: había fallecido.
Cinco disparos terminaron con su vida. Uno impactó su hombro, tres más su estómago y otro una pierna. Las autoridades del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ya iniciaron las pesquisas para esclarecer este crimen que ha dejado perpleja a toda una comunidad.
Aunque por ahora no se descartan hipótesis, entre ellas un posible ajuste de cuentas, no hay detenidos ni sospechosos claros.
Luis Roberto no era un nombre desconocido en Ciudad Quesada. Quienes lo conocieron no dudan en describirlo como un joven amable, servicial, siempre dispuesto a tender la mano a quien lo necesitara. Su pasión por las actividades taurinas era conocida en la región. Solía participar en eventos, acompañar a sus amigos y compartir con entusiasmo esa tradición tan arraigada en la zona norte del país.
Hoy, las redes sociales se han llenado de mensajes de despedida y dolor. Amigos, familiares y vecinos lamentan su partida y exigen justicia.
El cuerpo de Luis fue trasladado al Complejo de Ciencias Forenses en Heredia para los análisis correspondientes. Mientras tanto, el vacío que deja entre sus seres queridos es profundo. San Carlos despide a un hijo noble, a un amante de la tradición, a un amigo de todos.
El crimen no solo se llevó una vida, también dejó una comunidad herida. Hoy, en La Abundancia, hay luto, pero también esperanza de que se haga justicia.
