“Ni la DEA ni el OIJ dan con el paradero de ‘Diablo’ pese a recompensa de ?250 millones”
Autoridades frustradas ante el silencio en torno al temido narcotraficante; se baraja aumentar la recompensa.
A pesar de los esfuerzos conjuntos entre la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el paradero de alias “Diablo”, uno de los narcotraficantes más buscados de la región, continúa siendo un misterio, tras 30 días desde que se publicó recompensa y que DEA inició la búsqueda.
Ni el despliegue operativo ni la recompensa de 250 millones de colones han logrado incentivar información útil para su captura, lo que ha generado un ambiente de frustración e indignación entre los cuerpos de seguridad.
Tanto agentes de la DEA como del OIJ reconocen estar sorprendidos por la falta de colaboración ciudadana, incluso en zonas donde se presume que “Diablo” mantiene influencia.
Fuentes vinculadas a la investigación han confirmado que existe molestia y frustración en ambos organismos debido a la nula respuesta de posibles informantes, pese al millonario ofrecimiento económico.
“Se ha hecho un esfuerzo importante en inteligencia, rastreo de movimientos financieros, intervenciones telefónicas y colaboración internacional, pero el sujeto se desvanece como humo.
Lo más preocupante es el silencio absoluto de quienes podrían tener algún dato”, expresó una fuente del OIJ bajo anonimato.
¿Por qué no ha sido delatado?
El caso ha generado inquietud por la lealtad o miedo que rodea a “Diablo”. Especialistas apuntan a dos posibles razones por las que no ha sido delatado:
- Temor a represalias: El narcotraficante es conocido por su violencia y capacidad de intimidación. En zonas rurales y fronterizas donde opera, predomina un silencio impuesto por el miedo.
- Red de protección: Se presume que cuenta con una estructura bien financiada y profundamente infiltrada en comunidades locales, lo que dificulta cualquier tipo de denuncia ciudadana.
La falta de resultados se plantea la pregunta de considerar un incremento de la recompensa, con la esperanza de que una suma aún más elevada motive a alguien a hablar.
Puntos calientes: ¿Dónde podría estar “Diablo”?
Aunque el operativo es confidencial, se manejan zonas geográficas claves donde se cree que el narcotraficante podría estar escondido o recibiendo apoyo:
- Frontera norte de Costa Rica, especialmente en sectores poco vigilados entre Los Chiles y Upala, donde el paso irregular de personas y mercancías facilita su movilidad.
- Zona de Talamanca, por su cercanía al Caribe y las conexiones marítimas con otros países.
- Nicaragua, donde se sospecha que tiene vínculos con estructuras locales y protección política informal.
- Regiones rurales de Guanacaste y Puntarenas, donde se ha detectado presencia de células ligadas al narcotráfico.
El caso de “Diablo” se convierte en una prueba de fuego para las autoridades costarricenses e internacionales.
La magnitud de la recompensa, sumada al tiempo que lleva prófugo, revela no solo la peligrosidad del personaje, sino también la estructura criminal que lo respalda. Mientras no se rompa el círculo de silencio y miedo, su captura seguirá siendo un desafío.