El histórico exalcalde de San José acusado por el llamado caso “Diamante”enfrenta el rechazo dentro de su propio partido, mientras aclara que no busca curul alguna.
El panorama político se torna incómodo para Johnny Araya Monge, exalcalde de San José y figura reconocida dentro del Partido Liberación Nacional (PLN), luego de que el precandidato presidencial liberacionista Álvaro Ramos Chaves declarara abiertamente que no lo quiere como parte de su fórmula legislativa ni como candidato a diputado por San José.
“Con toda claridad: no tengo ningún interés en que Johnny Araya sea parte de las papeletas del PLN bajo mi candidatura”, sentenció Ramos, quien aspira a representar la renovación dentro del partido verde y blanco.
Este posicionamiento deja ver el distanciamiento entre la vieja guardia del liberacionismo y las nuevas figuras que buscan despegarse de los cuestionamientos del pasado. Aunque Araya cuenta con décadas de experiencia y liderazgo local, su nombre sigue generando divisiones internas, particularmente por su historial político y decisiones pasadas, como su separación temporal del PLN y su fugaz paso por el Partido Alianza por San José.
Araya responde: “No tengo interés en ser diputado”
Ante las declaraciones de Álvaro Ramos, Johnny Araya fue enfático en su respuesta. A través de medios de comunicación, manifestó que no tiene ninguna intención de aspirar a una diputación, cerrando la puerta a cualquier especulación sobre su eventual regreso a la Asamblea Legislativa.
“Mi ciclo electoral ha concluido. No estoy en busca de una curul, ni lo estaré”, afirmó el veterano político, quien recientemente dejó la alcaldía de San José tras más de dos décadas al frente del gobierno local.
Una figura que divide al liberacionismo
Araya ha sido, durante años, una figura emblemática del PLN, pero también una de las más polémicas. Su candidatura presidencial en 2014, la posterior renuncia a la segunda ronda electoral y su alejamiento temporal del partido aún generan resentimientos entre ciertos sectores del liberacionismo.
Ahora, con el PLN tratando de proyectar una imagen de renovación, algunos liderazgos emergentes, como el de Ramos, buscan marcar distancia con las figuras que simbolizan el “liberacionismo tradicional”.
¿Qué sigue para Araya?
Aunque el propio Araya ha declarado que no aspira a cargos públicos, no se descarta que mantenga cierta influencia política tras bambalinas, especialmente en procesos municipales o dentro de alianzas locales.