Transcurrido seis meses desde que cayó el llamado Meteorito de Aguas Zarcas, la fiebre de los buscadores de partículas para venderlos a coleccionistas extranjeros, parece haber quedado en el olvido.
Sólo en algunos postes del tendido eléctrico quedan algunos volantes pegados por los compradores extranjeros que llegaron en masa a Aguas Zarcas y a la Palmera, para adquirir algunas de las partículas de la piedra que quedaron esparcidas por algunos sectores de estos dos distritos sancarleños, el 23 de abril de este año, cuando el fenómeno sorprendió a los vecinos de estas comunidades.
Ese día, luego que una piedra de meteorito de 280 gramos cayera en el zinc de una vivienda en Caporal de Aguas Zarcas, los pobladores de la Palmera y Aguas Zarcas empezaron a encontrar restos de meteoritos en los campos y esto desató la fiebre de los buscadores que peinaron charrales y repastos de la zona para encontrar restos para venderla.
Los precios que se indicaba que se pagaban por gramos entre 3 mil o ?18 mil movió a familias enteras a darse a la tarea de buscar partículas para venderla a extranjeros.
Según la científicos de la Universidad de Costa Rica se logró encontrar 30 kilogramos de meteorito esparcidos entre Aguas Zarcas y la Palmera.
De acuerdo con los estudiosos de la Universidad de Costa Rica (UCR) la caída de un meteorito el 23 de abril del 2019 en la Caporal de Aguas Zarcas, San Carlos, será recordada como una de las noticias científicas de mayor relevancia para el país, ya que sólo se registró un hechos similar hace más de 150 años.
Según los expertos la mayoría de los meteoritos condríticos provienen del cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter. Los impactos entre asteroides los pueden fragmentar y enviarlos fuera de la trayectoria de dicho cinturón. Por esto, al pasar cerca de otros planetas son atraídos por la fuerza gravitacional y finalmente chocan en la superficie.