En homilía Monseñor Garita la arremete contra aprobación de norma técnica

Este es parte del discurso de predica que hizo Monseñor José Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada en la homilía, celebrada el domingo en la catedral, en donde manifestó un total rechazo a la aprobación de la norma técnica para la aplicación del aborto, cuando este en peligro la vida de la madre.

“¡Qué ironía, qué ironía!, el mismo día de Nuestra Señora de Guadalupe, la Virgen madre que lleva en su seno al Dios viviente, al Dios vivo, al Dios por quien se vive.

¡Qué ironía y qué bofetada diría yo, y qué estocada lo que han hecho para este pueblo mayoritariamente creyente!

Esta Norma que se ha firmado, y así la han disfrazado, no se trata de simple interrupción del embarazo, esa Norma es simplemente abrir las puertas al aborto, abrir las puertas a la muerte, abrir las puertas a no dejar que vivan seres inocentes como lo quiere el Dios de la vida.

Es indignante que en esa Norma ni siquiera se menciona a ese ser vivo que está en el seno de la madre. Sólo se piensa en la vida de la mujer, y sí, es parte del problema, pero tenemos que ser más justos, más equilibrados, más integrales. Estos días hemos predicado sobre salvar las dos vidas, la vida de la madre y la vida del ser inocente en el vientre de la madre.

Como Iglesia nos preocupa que en la Norma subyace un concepto de salud totalmente abierto, peligroso, ambiguo, engañoso, permisivo. La Palabra nos pide estar atentos. Hoy debemos estar atentos en favor de la vida, estar atentos para ir en contra del mal, la mentira y el engaño sútil.

Me dirijo a los médicos y a los trabajadores de la salud: salven vidas, actúen de acuerdo a sus principios y valores, acójanse de verdad a la objeción de conciencia. Y a las mujeres que, lamentablemente, se puedan encontrar en una situación difícil como esta, entre la vida y la muerte, peligro de su salud y pérdida del ser que llevan en su seno; como Pastor de la Iglesia, les digo: consulten, pregunten, no se queden con solo una opinión, hagan todo lo posible por salvar la vida de ese ser, de esa persona inocente que está en el seno.

Los que tenemos autoridad tenemos gran responsabilidad, sobre todo en legislar, enseñar, conducir. No sólo tenemos responsabilidad con los actos en sí, sino con las consecuencias que esas decisiones y actos puedan tener para nosotros mismos, para los demás, para el pueblo.

Se cierne una gran pregunta sobre la condición y situación de quienes se consideran o llaman católicos y actúan promoviendo este tipo de normas, directrices o leyes. Desde luego hay una manifiesta contradicción y oposición con enseñanza de la Iglesia.

Es un momento triste y doloroso, pero seguiremos adelante predicando el evangelio de la vida, la alegría del evangelio. La esperanza no defrauda, porque Cristo, que viene, es nuestra esperanza y salvación. Pese a todo, alegrémonos en el Señor.

El Señor viene a darnos vida y a salvarnos del mal, el pecado, la mentira y la muerte.

Hoy más que nunca digamos: Maranathá, ven Señor Jesús, ven que te esperamos», expresó el obispo.