En 1892 el salvadoreño David J. Gurzman fue contratada por el gobierno de Costa Rica para que explorara el Río San Carlos, hasta ese entonces desconocido. El explorador describe la zona norte como el dorado de Costa Rica.
Esta es parte lo que Guzmán encontró en su viaje.
En 1892 David J. Guzmán se internó en las , entonces, inhóspitas montañas sancarleñas para realizar una exploración del Río San Carlos, para esas fecha desconocido por el gobierno de Costa Rica.
Guzmán debía hacer la exploración para presentarla en la Exposición Universal de Chicago a realizarse en 1893, detalla la Revista Herencia, 2013.
Según el documento la exploración del Río San Carlos y territorios contiguos, costó 2 086.50 pesos. Los rubros incluyen el pago de cabalgaduras y los viáticos para cuatro personas, la compra de productos vegetales y animales, los fletes para el transporte de dichos productos en carretas, las habilitaciones (montosentregados por anticipado a algunos colaboradores clave) y otros gastos menores.
Esta fue lo que encontró Guzmán en este viaje.
“Señor Ministro de Fomento:
Tengo la honra de informar a usted, sobre mi última expedición al río San Carlos, en busca de los objetos naturales de esta rica sección de la República.
La zona de San Carlos encierra maravillas propias tan solo de una naturaleza tropical tan fecunda, en razón de las continuas lluvias y del humus vegetal, formando y amontonado en el transcurso de los siglos en las montañas y extensísimos bosques de la región.
Es necesario, en verdad, haber visto el horizonte sin límites de verdura, algunos productos exuberantes de esta zona, donde reina eterna primavera; haber contemplado sus elevadísimos y gruesos árboles, sus flores admirables y fragantes, sus pájaros de bello plumaje y mágico canto, sus dulces frutas, sus útiles bálsamos y gomas, sus orquídeas, bellezas todas olvidadas en el fondo de un país poco transitado, para declarar esta región, la tierra de verdadera promisión de Costa Rica. Un libro, señor Ministro, sería necesario para describir tan ingentes veneros de riqueza de esta parte de la República.
A partir del último descenso de las montañas o cordilleras de La Vieja, comienzan las extensas llanuras o ‘Bajos de San Carlos’, donde se hallan situadas algunas valiosas haciendas de ganado y también se comienza a trabajar en plantaciones de café y cacao, pues el clima es fresco o templado (22º a 23ºC).
Toda la extensa llanura se inclina hacia el noreste hasta formar la cuenca profunda del San Carlos arteria de gran porvenir en la navegación fluvial del país, una vez que se piense en dragar el cauce del río, poco profundo en muchos puntos.
Por observaciones precisas he podido rectificar varias inexactitudes que figuran en el Mapa de Friederichsen, que actualmente sirve en todas las oficinas, señalando las estaciones principales del río, sus diez islotes enmendando a la vez la errónea posición de los ríos de Arenal y Peñas Blancas, así como la situación y longitud del cerro de San Carlos- Los islotes a que me refiero se denominan (no están señalados en ningún libro de la boca del Río San Carlos hacia el muelle de San Rafael.
Todas estas pequeñas islas son abundantes en pasto (gramalote), hule, cedros, guayabillos, anonos, bananos y bambúes.
El río está limitado de cada lado por colinas bajas, cubiertas de cañaverales, gramalotes y platanillos o bijagua en primer término, sobre las playas, y más arriba por espesos bosques donde observé frondosos y elevadísimos árboles de balsa, guarumos, plomos, jiñotes, palmeras maquengues palma digitada, pejivalles [pejibayes], pacayas, palma real, ceibos, palo de la vaca, chilamates, almendros, jobos, anonos, patastes, caroños, helechos arborescentes, tabacones, guayabillos, plátanos occidentales, sangre-drago, caobas, grados, árbol de pascua, bambúes, cedros dulces, acacia arborescentes, gavilanes, piperáceas, campaña, ratón, danto, cedro colorado, ronrón, melón, cortés, laurel, camíbar, lagartillo, capulín, venado, mangle dulce, sotacaballos, copey etc., etc.
En el río abundan varias clases de buenos peces, entre otros, los guapotes, sábalos, robalos, barbudos, bagres, sardinas, bobos, dormilonas, uluminas [olominas], roncadores, palometas y viejas.
En las selvas que bordean el río se solazan diversas clases de aves y pájaros de melodioso y variado canto. Hay abundancia de lapas de dos clases, loros, pericos, oropéndolas (2 clases), tucanos, palomas de montaña, perdices, codornices, sargentos, garzas (4 clases), patos, piches, ajoquines, cigüeñas, chorchas, martines, sucurrás;
En los mamíferos se encuentran la danta, el león-puma, el tigre, manigordo, tigrillo, oso colmenero, tepescuintle , tejón, perico-ligero, ardillas, nutrias, culumecas, y no escasa variedad de reptiles, algunos muy venenosos, como la toboba, la víbora negra, el coral, el cascabel, el tamagás, etc.
El río lleva una rápida pendiente hacia el San Juan, existiendo una diferencia de nivel sobre el mar y el resguardo de San Rafael de 180 pies; esto da a la corriente del río una velocidad media de tres millas por hora; su profundidad media es de dos pies de agua; en los remansos alcanza hasta cuatro y cinco varas, y en el invierno aumenta su caudal de aguas de una manera considerable, debido al gran número de ríos que recibe de las partes altas de las montañas o cordilleras del centro de la provincia de Alajuela.
Por el cómputo hecho, calculo el largo del río en 16 leguas [reales] y ¾ de milla, en vez de las 15 leguas que le asigna la geografía nacional. En todo el curso de San Carlos se cuenta 148 tablazos. Llaman así grandes extensiones de agua de 600 o 1200 varas y más, en forma de remansos a grandes curvas y de notable profundidad.
En la doble desembocadura del San Carlos en el San Juan, hallé dividida la región de los bosques en dos zonas longitudinales, una que se dirige hacia del Río Toro Amarillo y Sarapiquí, y otra hacia el río Poco Sol [Pocosol] y territorio de los guatusos, zona que no me fue posible visitar por lo avanzado del invierno y el gran número de ríos poco vadeables ya en la estación lluviosa28.
Del resguardo de San Rafael hacia el perímetro que ocupan las haciendas ya citadas, hay extensos y hermosos bosques donde he visto en todo su desarrollo el camíbar, el hule y el curioso árbol descubierto por Humboldt, en Venezuela, el palo de la vaca, que produce una leche azucarada parecida a la leche de vaca, y de la que hacía uso aquel sabio en el café y en el chocolate; hay además gran número de plantas medicinales y preciosas maderas que se están cortando para nuestro Concurso [Exposición de Chicago].
En las fincas de estas llanuras, contiguas a los ríos San Rafael, Peje y Platanar, se da perfectamente el café de Liberia y el común, el cacao, gigantescos ñames de hasta 106 libras de peso, yucas enormes, camotes de 6 y 7 libras, cañas de azúcar del grosor de 11 pulgadas por 5 y 6 varas de largo, tiquizques , frijoles de varias clases, jengibre, sagú, bananos, arroz, vainilla, pimienta de Jamaica, árbol de pan [fruta de pan], cocos, resina copal, bálsamo camíbar, variados pastos, toda clase de palmeras, resina caraño,
También toda clase de legumbres, gomas de muchas clases, plantas de tinte, zarzaparrilla,simarruba [simarruda], cuasía [cuasia] amarga, fibras textiles, algodones de ceiba, balsa y barrigona [barrigón], aceites vegetales, jocotillo (muestra odorífera que traje al Sr. Presidente), y excelentes frutas
A todo este cuadro veraz de una región que, andando el tiempo, puede ser el verdadero ‘Dorado’ de Costa Rica, debe agregarse la posición estratégica de esta comarca, en la confluencia de los derroteros del comercio, tales como son la obra de la nueva línea de ferrocarril que comunicará el interior del país, partiendo del puerto Limón y cortando el río San Carlos, cerca de la desembocadura del Tres Amigos, para dirigirse hacia río Frío; y por otro lado la grande empresa del Canal de Nicaragua, una de cuyas principales exclusas se asegura quedará situada muy cerca de la desembocadura del San Carlos en el San Juan”, escribió Guzmán para ese entonces.