De acuerdo a estudios del Instituto Clodomira Picado de la Universidad de Costa Rica (UCR), pionero en la elaboración de sueros antiofídicos, el país cuentan con 140 especies de de serpientes, de las cuales, 23 son venenosas.
Dentro de un grupo tan diverso como los reptiles, en Costa Rica las serpientes representan alrededor de dos terceras partes de estos animales. Se han identificado 11 familias de serpientes, de las cuales tan solo dos se consideran «potencialmente letales» para el ser humano. Así, de las 140 especies presentes en el territorio costarricense, solo 23 se consideran venenosas.
Estas especies de serpientes venenosas se dividen en dos grandes familias: la Elapidae y la Viperidae. Dentro de la familia Elapidae se encuentra una especie de serpiente marina, Hydrophisplaturus, y cinco especies de corales venenosas en el género Micrurus sp. Mientras que para la familia Viperidae se identifican 23 especies en ocho géneros (Agkistrodon, Atropoides, Bothriechis, Bothrops, Cerrophidion, Crotalus, Lachesis, orthidium).
Estas serpientes venenosas se diferencian, principalmente, por la presencia de fosetas loreales (estructuras especializadas capaces de percibir calor) en las serpientes tobobas (Viperidae), además de su particular forma «triangular» de la cabeza y la apariencia áspera de las escamas.
Por otro lado, las serpientes coral venenosas (Elapidae) presentan el patrón de coloración R-A-N-A, rojo – amarillo (blanco) – negro – amarillo (blanco), completo en todo su cuerpo, de colores brillantes y son relativamente pequeñas y delgadas.
Además, sus venenos poseen efectos distintos: la serpiente coral presenta un envenenamiento con efectos neurotóxicos, mientras que la toboba presenta un envenenamiento principalmente miotóxico (afecta al músculo) y hemotóxico (produce hemorragia) en un accidente ofídico.
Parte de la tarea sustantiva de investigación del Instituto Clodomiro Picado consiste en identificar las especies de serpientes venenosas presentes en el país. Su propósito es conocer las características y la composición de su veneno que, a su vez, permita el desarrollo de los sueros antiofídicos o antivenenos que atiendan los efectos que causan las mordeduras de estas serpientes.
El Instituto ha logrado una vasta información acerca de las serpientes presentes en el país, lo cual ha facilitado el desarrollo tecnológico de los antivenenos y obtenido la experiencia para asesorar y apoyar a otras entidades en diversas partes del mundo.
A continuación se muestran las serpientes venenosas actualmente descritas para Costa Rica:
Información transcrita de un artículos publicado por la UCR.
Muy buena información.