Refugio Caño Negro realizó 2 conteos del jabirú y se prepara para uno más: ave en peligro de extinción

Los funcionarios del Refugió Nacional Mixto de Caño Negro junto con voluntarios realizaron el segundo conteó del jabirú, el primero lo habían realizado en marzo de este año y se hará un tercer conteó en mayo.

Lizeth Sánchez, administradora del Refugio Caño Negro, dijo que se contó con la colaboración de voluntarios. Dicho conteo consiste en realizar avistamientos en deterrminadas horas del ´día y realizar registro de los animales vistos.

Detalló que todos los datos de los conteos de marzo, abril y mayo serán enviados al investigador , y biologo Johnny Villareal Orias, para determina la cantidad de población de estas aves en el Refugio.

Según estudios de Villareal las poblaciones de estas aves se ha  reducido. Hace unos años habían sólo 100 en todo el país, incluida la Región Huetar Norte.

Al parecer la tala de los árboles de Ceiba reducen el número de animales , ya que estos son utilizados por estas aves para construir sus nidos, generalmente a gran altura.

El Jabirú,  el ave acuática más grande  del mundo  que habita la Cuenca del Río Frío y Caña Negro de Los Chiles  se reproduce cada vez menos y está constante peligro de extinción, en su mayoría, por la tala de los grandes árboles de Ceiba.

En los árboles de Ceiba tradicionalmente construyen las grandes plataformas de nidos, que llegan a medir hasta dos metros de largo extendidos en horquetas o ramas a gran altura,  lejos de los depredadores y del ruido de personas y animales.

De acuerdo con el investigador las poblaciones de Jabirú que habitan la zona de Tempisque y la Región Huetar Norte, cada año disminuyen considerablemente por la acción del hombre, y es que estas aves por año sólo sacan dos  polluelos que alimentan con peces, ranas y anguilas que sacan de los humedales.

Según Villareal en el año 2015 sólo se  contabilizados 44 nidos de Jabirú, nidos que construyen  únicamente  en árboles de Ceiba y Gallinaza que cumplan las características deseadas, ya que aquí año tras año,  utilizan la misma estructura para sacar sus polluelo.

Para el año 2017, en todo el país, se registraron, tan sólo, un total de seis nidos con pichones.

Nido de jabirú construido en un árbol de ceiba a gran altura.

Uno de los factores que incrementanm de manera considerable su vulnerabilidad, se presenta durante la época de reproducción. La pareja reproductiva es muy susceptible a perturbaciones provocadas por la presencia humana. La presencia de un número considerable de personas a menos de 100 metros de los nidos, puede provocar el abandono de los nidos, por ambos padres, sin importar la etapa de reproducción: ya sea en la construcción del nido, incubando o alimentando pichones, señala una artículo del Área de Conservación Guanacaste.

Se recomienda no acercarse a un nido a menos de 500 metros, e intentar usar el zoom de los dispositivos tecnológicos que se posea para evitar que la hembras abandonen el nido.

Comisión Nacional del Jabirú

El investigador detalló en el país existe la Comisión Nacional del jabirú, integrada por entes públicos y privados con el objeto de proteger la especie.

Explicó que se trabaja con los finqueros para hagan conciencia de no talar los árboles que  utilizan como estructuras de anidamiento, ya que la mayor cantidad de nidos,  un 70% se encuentran en fincas privadas, cerca de humedales y muy lejos de las poblaciones humanas.

Estas hermosas aves también podrían verse afectadas por los contaminantes como residuos de plaguicidas, pero no se han hecho estudios en esa dirección. Hoy se  sabe que además del hombre, el Jabirú se ve amenazado por una especie de gavilán que caza los polluelos de los nidos.