Por. Henry Esquivel Monge, escritor sancarleño.
-Hola como les esta yendo a astees. Hoy quiero contarles lo que pasa allá por el lao del bajillo de ñor Miguel.
-No más nenantes andaba yo una noche de estas por el bajillo ceca del río venia de ver a carmelita muy emocionao cuando escuché el ruio de una carreta, yo pensé que era Carico que vende leña , pero no podía ver los gueyes blanquitos que el usa.
-Ya se escuchaba cerca el rodar de carrera y los cascos de los gueyes, hasta los escuché resoplando, pero al pasar por mi lao solo una carreata sencilla, sin pintura ni naa ,pero ni los gueyes había.
-Yo quedé jelao, lempo, lempo y congelao ,como cubo de hielo en un baso. Queititico, cuando paso por mi lao la confisgaa carreta se detuvo y dio vueltas en trompo y se jue eschuechaa, yo caí recóndito desmayao del susto ,naide esa historia me había contao, tan chismosos que son y no savia que este espantarajo acá salía.
-Cuando desperté, salí jullendo pa la casa y todavía agora no pueo dormir como Dios manda, carmelita no me a creio y me a dejao,todo por esa carajaa del espantajo.
-Si no me creen pregúntale a pata e gato qu a el también lo han asustao y si eres muy marchito venga que yo le llevo a ver como se las va rifando.
-De momento yo me voy retirando y la próxima semana los espero con más de mi pueblo que no les he contao.
Foto de Revista Yume.