Declaratoria del Puente Antiguo sobre el Río Toro reconoce su papel en la colonización del noreste del país

  • Centenario puente es el primer patrimonio histórico-arquitectónico declarado en el cantón de Río Cuarto y el tercero de San Carlos
  • Fue de los primeros construidos con concreto armado entre 1922 y 1924

image002.jpgSan José, 13 de julio de 2023.  Sobre el Río Toro, límite cantonal entre los cantones de Río Cuarto y San Carlos, existe un centenario puente de unos 24 metros de largo y escasos dos metros de ancho, porque fue pensado para el paso de jinetes y carretas con bueyes. 

Dicho puente, que luce casi engullido por el verdor del bosque lluvioso en los predios del Proyecto Hidroeléctrico Toro 3, acaba de obtener una distinción: la declaratoria como Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica dada por decreto N°44042-C.

Foto: El Puente Antiguo sobre el Río Toro fue construido entre 1922 y 1924 para el paso de jinetes y carretas con bueyes. En el anterior puente colgante de hamaca ocurrieron accidentes con mortales consecuencias. Por: S. Gómez-CICPC.

En este 2023, próximo a cumplir un siglo de su inauguración un 15 de mayo de 1924, pareciera ser un galán de pueblo que tuvo mejores tiempos, cuando fue construido para facilitar el paso -y con este el comercio y el progreso-, a las familias colonizadoras que se asentaron allí, así como continuar con la ansiada expansión agrícola hacia el noroeste del país.

“Junto al Puente del Río La Vieja, estructura declarada patrimonio en 1995, el Puente sobre el Río Toro constituyó en las primeras décadas del siglo XX, la puerta de entrada a las vastas llanuras sancarleñas y con ello, la oportunidad de explorar y explotar la riqueza agrícola, forestal, biológica, y en la actualidad, turística, de sus tierras. También permitió el desarrollo y bienestar de los habitantes de las poblaciones que ahí se estaban gestando, por tanto, esta estructura vial forma parte del devenir histórico, económico y social de esa región”, apuntó Sonia Gómez, historiadora del Centro de Patrimonio Cultural.

Hoy, la carretera por la cual pasa el queso, la piña, el ganado, la caña y muchos otros productos de las llanuras sancarleñas; tiene otra ruta, por eso, la popularidad del viejo puente vino a menos luego de 50 años de servicio. 

No obstante, a pesar de vestirse continuamente de musgo y a la ausencia de unas cuantas piezas que adornaban sus barreras, no pierde su gallardía como tampoco su integridad patrimonial, ya que, según determinaron los profesionales del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, subsiste sin transformación, tal cual como fue construido entre 1922 y 1924.

El Puente Antiguo sobre el Río Toro, permanece como testimonio del crecimiento económico de la zona, de la expansión agrícola hacia el noroeste del territorio nacional, así como también, de los primeros puentes en concreto armado de Costa Rica que realizó la Dirección General de Caminos en sustitución de los de hierro y madera. Esta dependencia pública especializada, justo inició sus labores ese mismo año de 1922, según señala el estudio de declaratoria.

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Foto: En febrero de 2022 vecinos del lugar limpiaron el centenario puente. Cortesía de Rosa Elena Navas, vecina de Marsella de Venecia.

Características. Según indica el estudio hecho por los profesionales del Centro de Patrimonio Cultural, tipológicamente el puente es de arco inferior a la línea de calzada. Como todo puente, cuenta con dos accesos y en cada uno hay columnas enmarcando las entradas a ambos lados y de diferentes alturas en cada extremo, debido a que los niveles del terreno que hay entre uno y otro, no son iguales.

En la margen derecha del cauce, el nivel de acceso es de un metro por debajo del nivel general del puente por lo que existe una pequeña rampa que se ensancha ligeramente con los aletones del bastidor. En la margen izquierda, el nivel de acceso del terreno coincide con el nivel de la superficie de rodamiento del puente.

De las columnas salen las barreras laterales a todo lo largo de la estructura, aproximadamente 17 metros. Cada barrera posee cuatro columnas por lado, sobre estas quedan algunos elementos decorativos en forma de tetraedro. Las barreras laterales que constituyen el puente, tienen una altura de un metro treinta centímetros desde el centro del puente hasta la margen izquierda y aumentan gradualmente desde el centro del puente hasta llegar a la margen derecha, alcanzando unos dos metros de altura.

Conocimiento popular y esfuerzo comunal.No solo fue la nueva ciencia ingenieril de principios del siglo XX la que logró la hazaña de su construcción, además se contó con el conocimiento popular y el esfuerzo comunal de los vecinos.

Según la investigación y de acuerdo con las referencias dadas por vecinos de la zona, fue Florindo Arce, un finquero de Venecia, aficionado a la cacería, y, por lo tanto, gran conocedor del lugar, quien localizó el mejor punto para construir el puente. Arce ubicó un peñasco situado a dos kilómetros aguas arriba del anterior puente de hamaca, “donde las rocas de ambos lados del río casi se juntan, dejando un claro o separación de menos de veinte varas”.

image006.jpg“Una labor que la memoria comunal destaca, pero las memorias oficiales no, es la chorrea del piso y las barandas, pues esta pondría a prueba el espíritu de solidaridad, cooperación y desarrollo comunal de estos pueblos, ya que debía hacerse con palas y de una sola vez, sin parar, pues de lo contrario, se podría echar a perder toda la obra. Así, durante dos días y una noche, turnándose para no parar, alumbrándose con carburas y churucas, las cuadrillas de valientes hombres realizaron esta agotadora faena, auxiliados por otras esforzadas colaboradoras, que fueron las damas, quienes se instalaron en un rancho grande, a modo de campamento, para cocinar los alimentos que dieron fuerzas a estos hasta terminar las obras”, describió la historiadora en el estudio de declaratoria.

Además de Arce, en esta ardua tarea se recuerdan los nombres de: Alfonso Pérez, Fenelón Quesada, Nardo Mesén, Eloísa Rodríguez, Belfor Méndez, Enrique Camacho, Oscar Kopper, Rafael Cascante y Ronulfo Picado, entre otros colaboradores.

Es por todas estas razones que los profesionales del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural identificaron en el estudio para la declaratoria los valores de: antigüedad, histórico, científico, documental, testimonial, significativo y simbólico. El puente es, además, el primer inmueble declarado patrimonio del novel cantón de Río Cuarto y el tercero de San Carlos, junto al Puente del Río La Vieja y el templo de Venecia.

Foto: Los lugareños unieron esfuerzos con la recientemente creada Dirección General de Caminos para construir el ansiado puente sobre el Río Toro. Fuente: Memoria de Fomento 1923.

Al contar con declaratoria patrimonial, quedó amparado por la Ley 7555 Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica, la que busca su conservación e impide, a la vez, su demolición o modificación. Esta declaratoria fue solicitada por algunos lugareños y grupos organizados de comunidades cercanas como Marsella de Venecia, así como funcionarios del Proyecto Hidroeléctrico Toro 3 del Instituto Costarricense de Electricidad, sus vecinos más cercanos.  

Estas personas mantuvieron por años el interés por conseguir la declaratoria con el fin de conservar el legado de sus antepasados y poner en valor turístico la zona en la que se ubica. Incluso, en febrero de 2022, varios de ellos, mayoritariamente mujeres, se organizaron para limpiar y dar mantenimiento al añoso galán.

“El puente representa una historia de nuestros antepasados; trabajadores, responsables, luchadores, que se unieron para hacer algo bien hecho. En ese tiempo la comunidad se organizó, fue una unión para el progreso. Nosotros como vecinos dijimos: si antes lo hicieron, ahora con más razón debemos procurar mantenerlo para que las nuevas generaciones sepan lo difícil que era antes, pero que, a través de la unión, se pueden lograr cosas que ayuden al desarrollo de las comunidades”, apuntó Rosa Elena Navas, vecina de Marsella de Venecia.

“La declaratoria significa el resultado a un esfuerzo que hicieron un grupo de personas con visión, es como la recompensa de esa visión, porque ahora se le puede seguir sacando provecho para la comunidad y las comunidades rurales necesitamos que el progreso llegue acá también, no solo en el Área Metropolitana, y una de las cosas que fomenta el desarrollo es el turismo. Al declararse patrimonio tenemos una herramienta más para sacarle provecho y que sea un punto, un referente un hito de la comunidad, para atraer turismo”, opinó Navas.