Las peleas de gallos no solo son una muestra de maltrato animal, sino una práctica vinculada con la comisión de gran cantidad de actividades ilegales, como la matanza de tortugas marinas.
Ello debíido a que los artículos elaborados con algún subproducto de tortugas marinas, como las espuelas y artesanías hechas a base de carey, están totalmente prohibidos en Costa Rica.
Es por ello que la Policía de Fronteras, como parte de su misión de proteger el ambiente, se esfuerza por combatir el contrabando de artículos de carey procedentes de Nicaragua y otros países.
Por tal razón, oficiales fronterizos destacados en el cantón de Upala, interceptaron a un motociclista en el cruce de Campo Verde, distrito de Yolillal de Upala, quien procedía de la frontera con Nicaragua.
El sujeto, identificado como un costarricense, llevaba dentro de una bolsa plástica un gallo de pelea, al cual le habían cortado la cresta.
Además del gallo, el motociclista llevaba consigo una cajita con 11 espuelas de posible carey, por lo que los oficiales fronterizos coordinaron con la Fiscalía de Upala.
La fiscal de turno ordenó el decomiso de las espuelas, las cuales quedaron a disposición de funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) de Upala.
Aunque el hombre quedó en libertad, la citada fiscalía lo podría procesar por presunta infracción a la Ley de Conservación y Protección de Tortugas Marinas.
Lo anterior debido a que el artículo sexto de dicha ley contempla penas de hasta dos años de prisión a quien mate, cace, capture, destace, trasiegue o comercie tortugas marinas.
De igual manera establece sanciones de hasta dos años de cárcel para las personas que retengan con fines comerciales tortugas marinas, o comercien productos o subproductos de estas especies.
Según autoridades del SINAC, la tortuga carey es la especie de tortuga marina más rara del país, catalogada según la UICN ( Unión Internacional para la Conservación de la naturaleza) como en peligro crítico de extinción.
Cabe indicar que las peleas de gallos están prohibidas en Costa Rica desde hace más de un siglo, por lo que el gallo fue decomisado y entregado al Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA).