Los «incels» (en español «celibato involuntario») son hombres jóvenes que participan de foros caracterizados por contener mensajes misóginos, fomentar la violencia, difundir opiniones extremistas y radicalizar a sus miembros, como espacio de expresión de una violencia que luego deviene en acción concreta.
Esta subcultura digital de hombres que dicen ser incapaces de tener relaciones románticas y relaciones sexuales con mujeres a pesar de su deseo, porque estas no se sienten atraídas hacia ellos y son demasiado selectivas, suelten estar muy vinculados con movimientos de ultraderecha y con el supremacismo blanco a nivel internacional.
En los últimos diez años, varios incidentes de violencia en masa, sobre todo en Estados Unidos, fueron perpetrados por hombres que se identificaban como “incels” o hacían públicas sus opiniones en ese sentido.
? Una investigación interna determinó que el estudiante libertario que amenazó con ir armado a una fiesta en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA pertenece a ese grupo originado en EE.UU.
De acuerdo a revista “ Muy Interesante” los incredible son Misóginos y, a veces, defensores de la violencia, los incel conforman una subcultura digital conocidos internacionalmente en 2014, cuando uno de sus integrantes, llamado Elliot Rodger, asesinó a 6 personas a las que culpaba de su virginidad. Desde entonces han sido varios los incidentes violentos protagonizados por incel con un claro objetivo: las mujeres y los hombres a los que ellos consideran como exitosos en el terreno sexual.
Incel se utilizaba como contracción de la expresión inglesa Involuntary Celibacy (celibato involuntario), con la que sus integrantes se identificaban, pero fue en 2001 cuando varios investigadores de la Georgia State University lo situaron en el plano académico con la publicación de su artículo Involuntary Celibacy: A Life Course Analysis.
La investigación se basó en una encuesta a 82 personas -60 hombres y 22 mujeres– sobre el celibato involuntario y una de sus conclusiones fue que a la mayoría de los participantes no les gustaba esa situación, afirmando que les acarreaba consecuencias psicológicas negativas. De hecho, el artículo definía al célibe involuntario como “una persona que quiere tener relaciones sexuales, pero que no ha encontrado a una pareja dispuesta a ello (…), pudiendo ser personas casadas o en pareja, cuyas parejas ya no desean tener relaciones sexuales con ellos, o solteros sin pareja que han tenido relaciones sexuales en el pasado, pero que actualmente no han encontrado parejas”. Lo importante, afirmaban, es que la persona se considerara una célibe involuntaria.
El pensamiento INCEL
Con el tiempo, los participantes más extremistas del blog Alana´s Involuntary Celibacy Project se escindieron y crearon, en 2003, el foro LoveShy, donde ya mostraban una abierta misoginia acompañada de apología de la violencia hacia las mujeres.
Como relata el artículo Assessing the Threat of Incel Violence (2020), este radicalismo llevó al cierre de LoveShy, comenzando sus integrantes una migración por diferentes foros y subforos de los que siempre eran expulsados, hasta crear el foro mayoritario Incels.co (actualmente Incels.is), dedicado a hombres que se identifican como célibes involuntarios y cuyos mensajes asombran por su dureza.
De hecho, en su libro Homo Criminalis (Ariel, 2021), la investigadora Paz Velasco afirma que “la gran mayoría de estos sujetos no verterían sus opiniones en público estando cara a cara con otras personas que no pensaran como ellos piensan”.
Según se desprende de estos mensajes, los incel añoran los tiempos en los que cada hombre podía tener una pareja femenina para toda la vida, lo que rompió, según ellos, el empoderamiento femenino y el acceso mayoritario de las mujeres a los estudios y al trabajo. A través de sus mensajes, los participantes se cuentan sus vivencias, dan sus opiniones y muestran unos mismos odios e ideas distorsionadas.
Una de estas ideas consiste en creer que los hombres triunfadores en el plano sexual lo son por poseer unos rasgos físicos superiores a los suyos o por poseer un estatus social más alto.
También defienden la opinión de que los hombres son superiores a las mujeres y que eso les da derecho a tener relaciones sexuales con quienes deseen. Si eso no sucede la culpa es de ellas, no de ellos, al no saber apreciarles como se merecen, por lo que en algunos mensajes un sector de los incel aboga por castigarlas ante tal afrenta.
Es lo que sucedió el 23 de mayo de 2014, cuando Elliot Rodger, un universitario de 22 años, asesinó a 6 personas e hirió a otras 13, la mayoría en las inmediaciones de una residencia femenina de la Universidad de California, en Santa Bárbara. Armado con un cuchillo y varias pistolas, mató primero a sus tres compañeros de piso mientras dormían y luego se dirigió a la residencia de estudiantes femenina, donde, al no lograr que le abrieran la puerta, comenzó a disparar indiscriminadamente.
Tras una persecución policial, Rodger se suicidó dentro de su vehículo disparándose en la cabeza.
Antes, había enviado un manifiesto titulado Mi retorcido mundo: la historia de Elliot Rodger y grabado un vídeo que subió a las redes sociales. Bajo el nombre de Día de la retribución, Rodger afirmaba que ese sería su último vídeo. Dentro de su coche y con el atardecer reflejándose en los cristales mostraba su desconcierto por ser aún virgen y porque las mujeres no le quisieran aún siendo “el chico perfecto”, mientras el resto, decía, “ha tenido experiencias con el sexo, la diversión y el placer”. “No es justo”, afirmaba, “y las voy a castigar por ello”.
Desde ese instante, Elliot Rodger se convirtió en un nombre cuasi sagrado para esta comunidad. “¡La Rebelión incel ya ha comenzado! ¡Derrocaremos a todos los Chads y Stacys! ¡Saluden todos al supremo caballero Elliot Rodger!”, escribió en su muro de Facebook Alek Minassian antes de provocar su masacre.
Una terminología propia
La mención a los Chads y Stacys se debe a que los incel han generado una terminología propia. Así, Chads se refiere a los hombres exitosos en el plano sexual y que ellos identifican con personas musculosas, altas y con dinero y buena posición social; mientras que Stacy es su equivalente femenino, una mujer muy atractiva, que solo se relaciona con los Chads y que ellos consideran inalcanzable
Ambos términos fueron creados por Elliot Rodger cuando participaba en los foros, pero no son los únicos, como han revelado varios estudios científicos como I Think Most of Society Hates Us (2022) o Incels and misogyny; what’s so appealing about hatred? (2020). En ellos se lee que un normie -en el sentido de normalito- es un hombre que tiene relaciones sexuales con mujeres cuando estas son rechazadas por los Chads, o que los manlets son hombres de poca estatura, pero musculados. Y que una femoid o foid -conjunción de las palabras hembra y humanoide en inglés- es una mujer corriente que no merece respeto.
En cuanto a la expresión “rebelión incel”, alude a un deseo de derribar lo que consideran una sociedad feminista y opresiva, abogando algunos por utilizar incluso la violencia.
En este sentido, la masacre perpetrada por Elliot Rodger ha sido quizá la más mediática por dar a conocer el fenómeno, pero, según el artículo Incel Mass Murderers: Masculinity, Narrative and Identity, entre 2009 y 2021 se han contabilizado 10 asesinatos en masa protagonizados por hombres relacionados con esta comunidad.
Han sido casos como el de William Edward Atchison, un joven de 21 años que el 7 de diciembre de 2017 mató a dos estudiantes en la Escuela Secundaria Azteca de Nuevo México. En varios foros en los que había participado mostró su admiración por Elliot Rodger, haciendo propios mucho de sus pensamientos. O el de Nikolas Cruz, considerado como un héroe por la comunidad incel al asesinar a 17 personas el día de San Valentín de 2018, tras lo cual pasó a ser conocido como San Nikolas.
Y el listado continúa: Chris Harper-Mercer, autor de 10 asesinatos en 2016; Scott Beierle, autor de otras dos muertes en 2019…
Por supuesto, no todos los incel defienden la violencia, pero en sus chats es habitual leer alusiones a su uso con términos o expresiones como to go ER, apelando a las iniciales de Elliot Rodger, en el sentido de cometer una masacre o de hacer daño a otros.
Esto ha llevado a que en Estados Unidos o en los países nórdicos la policía esté investigando una posible conexión de los incel con grupos supremacistas. En otros países, como España, también han despertado el interés de foros como el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo.
Por su parte, la Unión Europea publicó en 2021 un estudio titulado Incels: un primer escaneo del fenómeno en la UE, señalando que “el contenido incel de mayor riesgo se puede encontrar en sitios web creados y moderados por los propios incels”. A este respecto, afirmaba que el país con el mayor número de usuarios de la web incel.is era Alemania -con 189-, seguido de Reino Unido -63-, Suecia -51- e Italia -44-. España se situaba en el octavo lugar, con 31 usuarios.
La manosfera
En cuanto al número de miembros en Estados Unidos, una investigación realizada por The New York Times en 2018 los estimaba en unos 40.000, aunque sin señalar cuántos eran miembros activos y cuántos simples curiosos.
De hecho, los incel son parte de un movimiento mucho más amplio llamado manosfera. un conjunto de espacios virtualesheterogéneos -foros, webs, canales de youtube…– que dan cabida a una multitud de movimientos masculinistas “cuyo denominador común es el antifeminismo y la idea de que los hombres y la masculinidad están bajo amenaza constante de las fuerzas feminizadoras”, señala Paz Velasco.
Es lo que sus integrantes denominan la teoría redpill, en alusión a la pastilla roja que el protagonista de la película Matrix (Lilly y Lana Wachowski, 1999) decide tomar para descubrir la realidad de su mundo, en contraposición a los que deciden seguir viviendo engañados por mensajes falsos sobre la igualdad entre sexos o la superviviencia de la superioridad masculina.
Para las investigadoras sociales Elisa García-Mingo y Silvia Fernández, autoras del estudio Jóvenes en la manosfera, publicado en noviembre de 2022 por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud, lo que subyace de fondo en la manosfera es una crisis de la masculinidad o, como redefine la socióloga Beatriz Ranea, “un resquebrajamiento de los pilares tradicionales donde se sustentaba la masculinidad hegemónica”.
En su libro Desarmar la masculinidad (Libros de la Catarata, 2021), esta profesora de la Universidad Complutense de Madrid opina que la masculinidad tradicional se ha resquebrajado por la mayor representación de las mujeres en la esfera pública y en puestos de poder, la caída del hombre como único sustento económico familiar debido a la división sexual del trabajo, la aparición de nuevos modelos de familia no normativos que han roto con la imagen del pater familias y el rechazo a la posibilidad antiguamente existente de ejercer violencia hacia las mujeres.
Para recuperar esa masculinidad que consideran perdida, los miembros de la manosfera se han organizado en foros y redes sociales, surgiendo grupos o subculturas donde se debate sobre lo que es ser hombre, de la relación que debe establecerse con las mujeres… pero siempre partiendo de los denominadores comunes ya descritos.
De este modo, como afirma el estudio Jóvenes en la manosfera, estos foros cubren “un vacío emocional y satisface la necesidad de cuidados de los hombres que se sienten víctimas del orden social sustentado en una jerarquía socio-sexual que, en su opinión, beneficia a las mujeres”.
Una cuestión, la emocional, que no es baladí para Elisa García-Mingo, y Silvia Fernández, al creer que es en ese aspecto, en la rabia y la frustración que muestran los integrantes de la manosfera en sus mensajes, donde debe incidirse para “intentar desarticular la misoginia y el antifeminismo en el que los hombres construyen su identidad debido a su sentimiento de víctimas”.
Y es que, como también afirman, aludiendo a las palabras de la investigadora Adrienne Massanari, “abordar la manosfera es urgente, ya que su existencia tiene serias implicaciones para los hombres, las mujeres, las personas de género diverso y para la sociedad en su conjunto, ya que reproduce discursos victimistas que banalizan la violencia contra las mujeres y contribuyen a la promoción de subculturas tóxicas”.
Principales grupos de la manosfera
Siguiendo lo reflejado en el estudio Jóvenes en la manosfera, además de los incel podemos encontrar otras subculturas digitales relacionadas con el feminismo, la masculinidad y su opinión respecto a la violencia sexual ejercida contra las mujeres:
-MGTOW. Traducido de sus siglas inglesas como Hombres que siguen su propio camino, consideran el feminismo como un movimiento artificial que solo busca enriquecerse y discriminar al hombre, abocando a las mujeres a vidas vacías. Por ello, abogan por cortar toda relación con las mujeres a través del control de las emociones y del deseo sexual. Definen a los hombres feministas como manginas -hombre con vagina- que utiliza un falso feminismo para conseguir sexo y acusan a las mujeres de inventarse denuncias falsas de agresiones sexuales, cuando no las justifican por la situación de sumisión a la que han abocado a los hombres.
-ACTIVISTAS DE LOS DERECHOS DE LOS HOMBRES. Con una influencia creciente en Internet, se dividen en dos corrientes: hombres que luchan por los derechos de los padres exigiendo igualdad de condiciones, especialmente en materia de custodia de los hijos, y hombres que intentan desacreditar la idea feminista a través del activismo en las redes.
-MUJERES ANTIFEMINISTAS. Es una subcultura poco conocida que intenta cuestionar y aparentemente desmentir los valores feministas, abogando por asegurar el privilegio de los hombres y la subordinación femenina. Según las autoras del informe, su importancia radica precisamente en que las integrantes son mujeres, lo que legitima el antifeminismo y la misoginia de los hombres pertenecientes al resto de subculturas.
-YOUTUBERS ANTIFEMINISTAS. Entienden el feminismo como anticientífico y adoctrinamiento ideológico. Creen que el feminismo rompe la armonía social, las tradiciones y los valores comunes, atribuyéndole grandes problemas como mayores tasas de suicidio en los hombres, detenciones solo por la palabra de una mujer… Dirigen su masculinidad contra el hombre feminista, al que definen como traidor e impostor, al buscar con su falsa actitud sexo con ellas.
-GURÚS DE LA SEDUCCIÓN. Llamados también Pick up Artists (PUA), abogan por reforzar su virilidad a través del sexo con mujeres, convirtiéndose entonces en hombres de éxito. Para lograrlo, cuentan con El Método, un conjunto de prácticas, creencias y artimañas muy relacionadas con el coaching comercial. Piensan que las mujeres están programadas biológicamente para reproducirse con hombres alfa y que un “no” de ellas a una proposición sexual es siempre temporal Su ideología se enroca con elementos narcisistas y misóginos que banalizan la violencia sexual.
Por Muy Interesante