Los “ espantapájaros” como recurso de protección de las milpas

Un espantapájaros o espantajo es un ingenio o muñeco con forma de humano, una especie de burdo maniquí vestido con ropas viejas, que se utiliza como recurso para ahuyentar de los cultivos a los pájaros.

Por muchos años los agricultores utilizaron estos muñecos elaborados con ropa vieja para ahuyentar las bandas de pájaros como pericos que devoraban las mazorcas del maíz

Ya que el agricultor no contaba con el tiempo para estar permanente en las plantaciones de maíz, los espantapájaros era los sustitutos de los cuidadores

Los investigadores Gilberto Chavarría Chavarría y Alicia Alfaro Valverde en un artículo publicado en Revistas de Universidad de Costa Rica detallan que históricamente la dieta del costarricense ha incor- porado productos agrícolas como los frijoles y el maíz. De ahí que, desde tiempos antiguos, las culturas indígenas fueron consumidoras de «chicha» de maíz, muy utilizada en rituales que conducían a exaltar la divinidad. En las primeras sociedades tribales del pasado an- tiguo de Costa Rica, la agricultura toma fuerza con las plantas domesticadas, que sirvieron para la alimentación indígena.

Dentro de estas se pueden encontrar tubércu- los como el camote, la yuca, el tiquizque, entre otros; algunas semillas como los frijoles y el maíz y también frutas consumidas en la actualidad, entre ellas el zapote, la papaya, entre otros.

Debido a los perjuicios que causan los pájaros y ar- dillas en los maizales, los agricultores se vieron en la necesidad de construir una figura ( el espantapájaros) que se pareciera mucho a él y que ocupara su lugar para espantar a estos animales y así de ese modo proteger las cosechas.

En este sentido el espantapájaros tiene funcionalidad desde el mo- mento en que el agricultor le confía la labor de asustar los animales que lIegan a alimentarse de estos productos.

En muchas ocasiones los agricultores utilizan los silbidos, gritos y hasta tiran piedras para ahuyentar a las aves, pero estas se van por un rato y luego regresan, por ello se requiere de algo más, es así como se piensa en una figura que tenga apariencia de hombre.

Por otro lado resulta interesante valorar que, a pe- sar de que el espantapájaros es un ser inanimado, con- funde a las aves y ardillas con su sola presencia y ocupa así el lugar que podría abarcar el ser humano. Esto abre espacios de tiempo a este último que puede dedicar a otras labores. Algunos agricultores le colocaban en las manos una especie de mechas o héli

El espantapájaros servía para ad- vertir acerca del peligro y podía ser portador de malas o buenas noticias.

Este personaje ha aparecido últimamente en un anuncio de televisión que promociona un producto deri- vado del maíz como lo es la tortilla.

Los espantapájaros han sobrevivido en el tiempo y siguen teniendo gran importancia, principalmente en las áreas rurales o más alejadas de los centros urbanos co- nocidas como «campo».

Es ahí donde se cultiva la mayor parte de maíz para el consumo diario y para la venta en el mercado, pulperías o en las ferias del agricultor.

No cabe duda que la práctica de colocar espantapája- ros en la región de Occidente del país es bastante vieja, tal es así que hemos conversado con cuatro señores mayores de ochenta años y todos comentan que en algún momen- to elaboraron espantapájaros, e indicaron que sus papás y abuelos también lo hacían.

Esto quiere decir que debido a la «tradición agrícola» que ha tenido nuestro país y es- pecialmente la región Occidental, en las milpas y chayo- teras se ha venido utilizando el espantapájaros como un recurso útil y necesario para lograr proteger los cultivos.

Según los señores por los investigadores entrevistados, los espantapájaros siempre han tenido un aspecto masculino, probablemente por el hecho de que los agricultores costarricenses y de esta parte del país generalmente son varones y no mujeres. Aho- ra bien, con ello no pretendemos decir que las mujeres no cultivan los terrenos, por el contrario, muchas veces eran partícipes de estas labores, casi siempre como ayudantes.

Uno de los pájaros que más llegaba a las milpas para comer maíz tierno era la piapia (Philorhinus morios), hoy estas aves se observan poco. Su peculiar sonido (pia pia, pia pia,) se escuchaba en los cafetales, potreros y callejones. Las piapias son una especie de urraca considerada por los agricultores como «dañina», pues llega a las mil- pas cuando el maíz «está en cabello» 4 Cuando la milpa está «ya en cabello» es que requie- re de un espantapájaros que ayude a espantar los piuses (Spiza americana ), piapias, y ardillas(Sciurus hoffmanni) que causan perjuicio, de ahí que la milpa hay que cuidarla mañana y tarde.

Las milpas generalmente se hacían cerca o lejos de la casa. Se sembraba el maíz y otros productos como frijoles que no enreden y en el mes de setiembre, frijol de enre- dadera, para que cuando estén secas las matas de maíz, puedan subir por ellas los frijoles. También cuando algu- nas matas de maíz se han perdido se aprovecha el espa- cio para sembrar hortalizas, arracache y tiquizque entre otros productos.

La siembra podía ser realizada por los diferentes miembros de la familia. En el libro El secreto del espantapájaros (1963), Lucas, el hijo de una familia de agricultores, también participa del cultivo y la protección de las milpas. Se lee de la siguiente forma: «Lucas y su papá sembraron la milpa. La milpa ya está grande. Ellos la sembraron. La milpa ya está cabellando.

Ellos están contentos. La milpa ya está grande y cabellando» . (Coloma, 1963:9). CONSTRUYENDO UN ESPANTAPÁJAROS La elaboración de un espantapájaros puede ser una labor colectiva, pues se requiere de varias cosas, entre ellas un pantalón viejo, una camisa y unos «caites» o za- patos usados, puede utilizarse paja o pita. Con un trapo viejo se puede hacer la cara y sobre la cabeza se coloca un sombrero. Algunos aparecen con una chaqueta. Elaborar un espantapájaros significaba seguir una serie de pasos que concluían con la figura de un muñeco con representación humana, de hombre. Pasos por seguir:

En primer lugar el agricultor buscaba la vestimen- ta (pantalón, medias, camisa, sombrero, pañuelo y algunas veces un cinturón o faja). Estos artículos se seleccionaban considerando que ya casi no se usaran o que habían sido descartados.

El segundo paso consiste en conseguir dos tablas del- gadas o cabos de madera de forma redonda y de ta- maño considerable para incrustarla en el suelo y que sobresaliera de las matas de maíz. El agricultor «to- maba» ambos pedazos de madera y los amarraba en forma de cruz, para luego sobre ella colocar el muñeco del espantapájaros, para que pudiera ser visto a la dis- tancia.

En algunos momentos estos cabos de madera podían estar unidos con un clavo en el centro.

Ga cultura del maíz y el espantapájaros: Una temática para correlacionar. .. 35 mano, quería decir, ponga por caso: Estoy acatarrado. Te echo de menos. ¿Cómo está el chico? … Y una señal muy clara: el espantapájaros con el sombrero metido has- ta los hombros era una señal de alarma: escóndete, mari- do, que te andan buscando» (Farias, 1996:47-48). También cuando el espantapájaros aparecía con un brazo en alto y una flor en el sombrero, era señal que el padre echaba de menos al hijo y a su esposa.

En el caso anterior el espantapájaros servía para ad- vertir acerca del peligro y podía ser portador de malas o buenas noticias. Este personaje ha aparecido últimamente en un anuncio de televisión que promociona un producto deri- vado del maíz como lo es la tortilla.

Los espantapájaros han sobrevivido en el tiempo y siguen teniendo gran importancia, principalmente en las áreas rurales o más alejadas de los centros urbanos co- nocidas como «campo».