Los reportes del Proceso de Investigación del IAFA, del 2017 al 2021 colocan al cannabis en el top tres de las sustancias psicoactivas que reportan las personas dentro de los motivos de consulta.
En Costa Rica existen diferentes posturas sobre el uso del cannabis, y con frecuencia se escuchan cada vez más discursos algunos ellos tergiversados planteado la legalización, y guiándolo a un recurso económico alternativo para la resolución de circunstancias o crisis a nivel país.
A la vez y de forma paralela con una continua trasferencia de ideas a una población menor de edad, sobre el minimizar los riesgos de su uso de cannabis y como se ha visto en una tendencia mundial, aumentando la posibilidad de la interacción de las personas más jóvenes de nuestra sociedad detalla un artículo: “Cannabis: tendencia mundial y su impacto en la sociedad costarricense” del IAFA
El Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (en adelante IAFA), ha realizado múltiples esfuerzos en poder recopilar información esencial en Costa Rica para poder tener un posicionamiento más objetivo sobre el consumo de cannabis en la población costarricense, y con evidencia científica establecer estrategias que permitan visualizar guías para abordajes desde distintas áreas de acción. A continuación, algunos datos obtenidos de las últimas investigaciones:
En la VI Encuesta Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población de Educación Secundaria. Costa Rica 2021, en sus resultados según la
infografía que se facilitó a la comunidad destaca en cuanto al consumo de cannabis:
- Edad de inicio en la población estudiantil consumieron por primera vez a los 15 años tanto hombres como mujeres.
- Por cada 100 estudiantes:
- 36,8% usó una o dos y nunca más.
- 27, 6% menos de una vez al mes.
- 11,1% varias veces por semana.
- 9,9% una vez al mes.
- 6,7% una vez por semana.
- 4,9% todos los días.
- 3.1% varias veces al mes.
- De cada 1000 estudiantes, 19 utilizaron cannabis hace más de 1 mes, en el último año (Hombres 2,5%, Mujeres 1,3%).
- De cada 1000 estudiantes, que nunca usaron cannabis, 29 la probaron en los últimos 12 meses
- De cada 1000 estudiantes 27 utilizaron cannabis hace menos de un mes (Hombres 2,9%, Mujeres 2,6%).
- En cuanto a la percepción, de cada 8 estudiantes, 3 consideraron que fumar cannabis, de vez en cuando, era peligroso y de cada 11 estudiantes, 5 consideraron, que fumar cannabis frecuentemente, era peligros
- En cuanto a disponibilidad de cada 13 estudiantes, a uno le resultaba fácil conseguir cannabis
- En cuanto a la frecuencia los porcentajes de consumidores activos por provincia: Alajuela 1,2% Guanacaste 1,1% Heredia 1,9% Cartago 3,8% Limón 1,8% San José 3,9% Puntarenas 3,2%. (IAFA, 2023)
Con respecto a la VII Encuesta Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población de 12 a 70 años en Hogares, 2022 se entregan mensajes claves donde se evidencia:
- Un aumento del consumo de cannabis, que pasa de 32 personas por cada mil en 2015, a 44 de cada mil en 2022.
- De los 12 a 19 años es más probable que las personas consuman cannabis por primera vez.
- Muchas más personas entre los 20 y 29 años consumen alcohol, tabaco y/o cannabis a esa edad. (IAFA, 2023).
Atención Directa en el instituto
Una perspectiva diferente desde el área asistencial en los reportes realizados por el IAFA desde el año 2017 hasta el 2021, se evidencia que el motivo de consulta y de atención directa el cannabis entra en el top 3 de las sustancias psicoactivas que reportan las personas dentro de los motivos de consulta como lo vemos a continuación:
Tabla 1
Personas atendidas en el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia los
2017, 2018, 2019, 2020 y 2021 por tipo de sustancia consumida.
Droga de atención CIE-11 2017 | Mujeres | Hombres | Total |
Alcohol | 1 946 | 8 798 | 10 744 |
Cannabis | 1 028 | 3 822 | 4 850 |
Cocaína | 403 | 2 106 | 2 509 |
Droga de atención CIE-11 2018 | Mujeres | Hombres | Total |
Alcohol | 1 307 | 5 212 | 6 519 |
Cannabis | 983 | 3 692 | 4 675 |
Cocaína | 577 | 3 430 | 4 007 |
Droga de atención CIE-11 2019 | Mujeres | Hombres | Total |
Alcohol | 1 722 | 6 530 | 8 252 |
Cocaína | 1 005 | 5 565 | 6 570 |
Cannabis | 1 258 | 4 818 | 6 076 |
Droga de atención CIE-11 2020 | Mujeres | Hombres | Total |
Alcohol | 1 491 | 5 328 | 6 819 |
Cocaína | 867 | 4 550 | 5 417 |
Cannabis | 1 034 | 3 507 | 4 541 |
Droga de atención CIE-11 2021 | Mujeres | Hombres | Total |
Alcohol | 1 918 | 5 462 | 7 380 |
Cocaína | 862 | 4 114 | 4 976 |
Cannabis | 1 015 | 2 882 | 3 897 |
Fuente: Registro estadístico, Expediente clínico electrónico (Salus), IAFA, 2024
Esto significa que 20 000 personas consultaron en IAFA por consumo de cannabis en ese periodo de 5 años.
Existe evidencia, donde se refleja que la población costarricense tanto adulta joven, personas menores de edad dentro de sus diversos roles ocupacionales (estudiantes, roles laborales, entre otros) registran en sus vidas uno o varios contactos con el cannabis y según sus discursos la percepción de un riesgo real cada vez es más baja.
Poniendo parámetros de edades donde se alerta que las probabilidades para que una persona consuma por primera vez en la vida va desde los 12 a los 19 años, la disponibilidad del cannabis, la perdida de la consciencia sobre los riesgos de consumirla y los daños colaterales a un cerebro inmaduro constituye suficiente material para direccionar nuestros modelos de atención desde una política apoyando los programas de prevención/promoción de la salud, facilitando información real sobre las consecuencias de un consumo continuado del cannabis en las personas menores de edad.
Otro de los datos es sobre las personas con edades entre los 20 y 29 años quienes manifestaron tener un consumo activo de alcohol, tabaco y/o cannabis, esta población considerada adulta joven, en su mayoría formando parte de un alto porcentaje de la fuerza laboral del país, tanto con fines profesionales como en otros puestos de trabajo, como seres funcionales e independientes, podrían generar como bien los reflejan en la atención directa el grupo etario con mayor cantidad de atenciones en el servicio de atención y por ende, un impacto directo en la salud pública de Costa Rica.
El cannabis, representa en el nuestro país un reflejo de lo que está sucediendo en el resto del mundo, que sin lugar a duda representa una alerta inminente, y con constantes mensajes que generan ambivalencia y confusión en la población más joven, que día a día vemos reflejados durante la consulta con ideas estructuradas, validando su uso del cannabis incluso haciendo referencias únicamente a los efectos positivos, enmascarando muchas veces conductas riesgosas, consumo compulsivo de la sustancia, desinterés por el proyecto personal de vida, trastornos psiquiátricos, brotes psicóticos agudos, suicidios, así como el número de ingresos hospitalarios , entre otros, asociados al consumo regular de cannabis.
Existen múltiples enfoques que desean direccionar la regulación del uso médico del cannabis, sin embargo la ambigüedad de las normativas de la legislación y las carentes retroalimentaciones de experiencias plasmadas en países donde se tuvo la experiencia y a partir del aprendizaje pautar los reales beneficios o limitaciones dentro de una balanza de lo acontecido, tomado en consideración la evidencia científica como parte importante y determinante en las futuras tomas de decisiones, logrando abarcar el impacto en la salud pública de cada país.
La propuesta de los productos médicos debe sin excepción someterse a las regulaciones establecidas a nivel mundial para la aprobación de cualquier fármaco a disposición del ser humano, respetándose todas las fases de estudio para cumplir con los estándares de calidad y descripción de cada tipo de producto, dosis, vías de administración, efectos secundarios, entre otros, permitiendo eliminar un doble discurso que sobre dimensione a un mercado de uso no médico o consumo recreativo.
De esta forma las políticas encaminadas a fiscalizar el tipo de producto que se comercializa para determinados abordajes pueden limitar el acceso no médico o recreativo con más eficacia que las que tienen en cuenta los intereses comerciales.
El consumo de cannabis a los 12 años en Costa Rica, al igual que en otros paÃses, puede traer consecuencias significativas tanto en la salud fÃsica como en el desarrollo psicológico y social de los menores. Algunas de las principales consecuencias incluyen:
Consecuencias en la salud y el desarrollo
1. Alteración en el desarrollo cerebral: El cerebro de un niño o adolescente aún está en desarrollo, y el consumo de cannabis puede afectar la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje.
2. Mayor riesgo de adicción: El consumo a edades tempranas aumenta la posibilidad de desarrollar dependencia y problemas de consumo en la adultez.
3. Dificultades en la escuela: Puede provocar una disminución en el rendimiento académico, problemas de
y menor motivación.
4. Problemas de salud mental: Se ha asociado con un mayor riesgo de ansiedad, depresión y, en algunos casos, psicosis.
5. Afectación en la toma de decisiones: Puede influir en la impulsividad y aumentar el riesgo de comportamientos peligrosos.
Consecuencias sociales y legales
1. Problemas familiares y sociales: El consumo temprano puede llevar a conflictos con padres, familiares y amigos.
2. Mayor riesgo de involucrarse en actividades delictivas: Aunque el consumo personal de cannabis en Costa Rica no se penaliza, el entorno del consumo puede llevar a situaciones de riesgo.
3. Dificultades en el futuro laboral: Un historial de consumo a temprana edad puede afectar oportunidades educativas y profesionales.
En Costa Rica, el cannabis sigue siendo una sustancia controlada, y aunque hay avances en la regulación del cannabis medicinal, su uso recreativo sigue sin estar legalizado. Es importante la educación y la prevención para evitar el consumo en edades tempranas.