Invasión del hábitat aumenta mordeduras de serpientes: se dan unos 600 anualmente

En Costa Rica, las mordeduras de serpientes representan un problema de salud pública significativo, especialmente en las zonas rurales. Según datos disponibles, se registran aproximadamente 600 casos de mordeduras de serpientes al año en el país, con una tasa de letalidad menor al 1%, lo que equivale a entre 5 y 6 muertes anuales.  

Regiones más afectadas:

Las áreas rurales y agrícolas de Costa Rica son las más afectadas por las mordeduras de serpientes, debido a la mayor interacción entre humanos y hábitats naturales de estos reptiles. La serpiente terciopelo (Bothrops asper) es la más abundante y responsable de más del 50% de los envenenamientos por mordedura en el país, especialmente en zonas rurales.  

Causas y factores de riesgo:

Las principales causas de mordeduras de serpientes en Costa Rica incluyen:

Actividades agrícolas: Trabajadores que laboran en campos de cultivo, especialmente en áreas con alta vegetación, están en mayor riesgo.

Deforestación y expansión urbana: La invasión de hábitats naturales de serpientes aumenta la probabilidad de encuentros con humanos.

Falta de conocimiento: Desconocimiento sobre las especies de serpientes y cómo evitar encuentros peligrosos.

Lesiones y consecuencias:

Las mordeduras de serpientes pueden provocar:

Daño tisular: Necrosis en el área afectada.

Hemorragias: Debido a la acción de toxinas hemotóxicas.

Infecciones secundarias: Por bacterias presentes en la boca de la serpiente.

Secuelas a largo plazo: Como amputaciones o discapacidades permanentes.

Estadísticas de mortalidad y morbilidad:

Aunque la tasa de mortalidad es baja (menos del 1%), las mordeduras de serpientes pueden resultar en hospitalizaciones prolongadas y rehabilitación. La rápida atención médica y la disponibilidad de suero antiofídico han contribuido a reducir la mortalidad en las últimas décadas.  

Prevención y manejo:

Para reducir la incidencia de mordeduras de serpientes en Costa Rica, se recomienda:

Educación comunitaria: Informar a las poblaciones rurales sobre cómo identificar serpientes venenosas y medidas preventivas.

Uso de equipo de protección: Como botas y guantes al trabajar en áreas de riesgo.

Acceso a atención médica: Mejorar la disponibilidad de suero antiofídico y capacitar al personal de salud en el manejo de envenenamientos.

La implementación de estas medidas es esencial para disminuir la incidencia y las consecuencias de las mordeduras de serpientes en el país.