San Carlos, Costa Rica – En las aguas del imponente río Pocosol, en la Zona Norte del país, aún perdura una tradición que forma parte del alma rural costarricense: la pesca artesanal del pez machaca. Maikol Zamora, vecino de la comunidad y pescador de toda la vida, es uno de los guardianes de este legado natural y cultural que combina el respeto por el río con el aprovechamiento responsable de sus recursos.
Zamora, con caña en mano y profunda conexión con el entorno, relata que la pesca de la machaca no solo es una fuente de alimento, sino también una pasión. “Pescar machaca es parte de nuestra vida. Es un reto porque es un pez que pelea bastante cuando muerde el anzuelo. No cualquiera la saca fácil”, comenta entre risas, mientras muestra uno de sus ejemplares capturados en el Pocosol.
¿Qué es el pez machaca?
La machaca (Brycon guatemalensis) es un pez de agua dulce que habita en ríos caudalosos del norte y del Caribe de Costa Rica. De cuerpo alargado y escamas plateadas, es pariente cercano del piraña, aunque completamente inofensiva para los humanos. Se alimenta principalmente de frutos, semillas e insectos, lo que le da un sabor peculiar y agradable.
Es muy apreciada por los pescadores deportivos y locales debido a su carácter combativo y su valor como proteína. Puede alcanzar tamaños de hasta 50 centímetros y un peso superior a 2 kilos.
Propiedades y usos en la cocina
Además de su valor ecológico, la machaca tiene una presencia importante en la cocina tradicional costarricense. Su carne es blanca, magra y de textura firme, ideal para preparaciones al sartén, al horno o a la parrilla. Muchos locales la prefieren asada con especias naturales o envuelta en hojas de plátano con condimentos caseros.
En términos nutricionales, es una excelente fuente de proteínas, baja en grasa y rica en minerales como fósforo y potasio. Además, al ser un producto local y sostenible, su consumo impulsa la economía rural y reduce la huella ambiental.
Pesca responsable
Maikol Zamora recalca la importancia de respetar las vedas y los tamaños mínimos de pesca. “No se trata de ir al río a sacar todo lo que se mueve. Hay que cuidar el recurso, porque si lo cuidamos hoy, mañana también nuestros hijos podrán pescar”, afirma con orgullo.
La pesca de machaca en el río Pocosol no es solo una práctica económica, sino una expresión viva de la relación entre las comunidades y la naturaleza. Mientras los peces sigan remontando el río y los pescadores como Maikol continúen con su sabiduría y respeto, esta tradición costarricense seguirá vigente.