San José, Costa Rica — A sus 33 años, el diputado Ariel Robles Barrantes se encamina a marcar un hito en la historia del Frente Amplio al convertirse en su primer aspirante presidencial oficial de cara a las elecciones de 2026. Aunque el anuncio formal podría llegar esta misma semana, el propio legislador dejó entrever su decisión a través de su cuenta de X (antes Twitter), bajo el lema que ha definido su carrera política: rescatar la ética en la función pública.
Robles, educador de profesión y representante por la provincia de Heredia, ha ganado visibilidad durante la presente legislatura por su postura crítica y frontal contra el gobierno de Rodrigo Chaves, así como por sus enfrentamientos con figuras oficialistas como la diputada Pilar Cisneros. Su estilo directo y su defensa de los derechos sociales lo han convertido en uno de los rostros más visibles de la oposición.
En declaraciones anteriores, Robles no descartó la posibilidad de postularse, pero fue hasta esta semana cuando el escenario político empezó a tomar forma. “Costa Rica necesita una política con rostro humano, que responda a los intereses de la mayoría y no de unos pocos”, señaló en un mensaje reciente que generó reacciones dentro y fuera de su partido.
Una candidatura joven con peso social y ambiental
A pesar de su juventud, Robles ha centrado su agenda parlamentaria en temas clave como la justicia fiscal, la protección ambiental y la participación ciudadana, y ha establecido alianzas con diversas organizaciones sociales, sindicatos y colectivos juveniles.
Su posible candidatura no solo representa una renovación generacional dentro del Frente Amplio, sino también una oportunidad para proyectar una visión de país enfocada en la equidad, la transparencia y el fortalecimiento del Estado social de derecho.
Reacciones y próximos pasos
Dentro del Frente Amplio, fuentes internas señalan que existe un respaldo creciente hacia la figura de Robles, aunque la decisión final deberá pasar por los órganos internos del partido. De confirmarse, su postulación colocaría al FA en una posición estratégica para disputar con fuerza los comicios de 2026, especialmente entre sectores jóvenes y críticos del modelo actual.
Con este posible paso, Ariel Robles se suma al emergente grupo de líderes jóvenes que buscan transformar la política nacional, en un contexto marcado por el desencanto ciudadano y la necesidad urgente de recuperar la confianza en las instituciones democráticas.