Río Sarapiquí 85 kilómetros de belleza y riqueza ecológica e histórica

El Río Saraquiquí, ubicado en el cantón del mismo nombre, es uno de los grandes ríos del  país, famosos por su riqueza natural y ecológica  desde su nacimiento hasta su desembocadura en el mar Caribe.

Su cuenca de 1923 kilómetros está llena de vida, tanto de flora como de fauna silvestre.

Navegar por sus aguas o caminar por su rivera es reecontrarse con la  natureza viva y con los pueblos que habitan a lo largo de sus rivera y que en el pasado dependían en su mayoría del río para navegar y   transportar sus productos por su cauce.

Hoy con gracias al desarrollo, se han mejorado las vías de comunicación terrestre a ambos lados del ríó, en la parte de baja, desde Puerto Viejo.

Mientras se avanza  por su cauce se puede observar variedad de especies silvestres como monos, patos, perezosos, cocodrilos, tortugas,  los llamados perros de agua y en otros tiempos manatíes. 

A la orilla del rio se puede observar decenas de pescadores, ya que el río es rico en variedad de peces, aquí habita el llamado sábalo real.

El río nace el norte de la cordillera Volcánica Central, en la laguna Botos del volcán Poás, a la que provee desagüe, y vierte sus aguas en el río San Juan, que desemboca en el mar Caribe.

Entre sus principales afluentes se encuentran el río Sucio y el río Toro. Su cuenca forma las llanuras de Sarapiquí, en la provincia de Heredia, y es una de las 12 cuencas hidrográficas más importantes del país.

Es un río que tiene importancia ecológica, económica e histórica para la región a la que nutre y para el país en general. Destaca por la belleza del paisaje, la riqueza en flora y fauna, su importancia como vía de transporte fluvial desde la época prehispánica hasta la actualidad y como monumento histórico natural de Costa Rica.

Pescadores a la orilla del cauce

El río Sarapiquí forma cascadas mientras desciende del volcán Poás.

El río nace en la laguna Botos del volcán Poás, a 2708 msnm. Al igual que la mayoría de los ríos de la vertiente del Caribe, el descenso desde la cordillera Volcánica Central es más suave, en comparación con los ríos de la vertiente del Pacífico. La distancia a recorrer hasta el mar, además, es mayor, por lo que los ríos suelen ser más largos y caudalosos, aunque navegables, con tendencia a formar meandros y bifurcarse en dos o más brazos.

De la parte alta de la cuenca, donde recibe a los ríos La Paz, El Ángel y Cariblanco, el Sarapiquí desciende por el distrito de Varablanca del cantón de Heredia, luego de lo cual discurre de suroeste a noreste a través de las llanuras de Sarapiquí, en el cantón del mismo nombre.

Empieza a ser navegable al recibir al río Puerto Viejo, en los últimos 30 km de su curso, y aumentar su caudal con la afluencia de los ríos Poza Azul, San Ramón, Tirimbina, Bijagual, Peje y su afluente Mojón, Volcán (este último nace de la unión de los ríos Molejón y Sardinal, y recibe a los ríos Guácimo, Sardinal y San Rafael), y río Ceiba.

La zona del río Sarapiquí se encuentra en una de las regiones más húmedas del país, influenciada por el clima tropical húmedo del Atlántico, con alta precipitación fluvial durante todo el año, con una época más seca durante febrero, marzo y octubre.

Historia y economía

Durante la época colonial y parte de los primeros años tras la independencia, fue muy utilizado por los pobladores del Valle Central, ante la ausencia de un puerto en el Caribe, como medio de acceso al mar Caribe, a través de la desembocadura del río San Juan, donde se hallaba el puerto de San Juan del Norte. También fue utilizado por piratas ingleses y zambos mosquitos para penetrar en el interior del país y realizar saqueos en algunas poblaciones. La navegación sobre el Sarapiquí tuvo gran relevancia durante la Campaña Nacional de 1856-1857, dado que las condiciones geográficas hicieron que el Sarapiquí cobrara importancia estratégica para ambos bandos, como la escenificó la batalla de Sardinal del 10 de abril de 1856. Por esta batalla, el río Sarapiquí ostenta el título de monumento nacional.