El cuyeo (Nyctidromus albicollis) es una ave nocturna muy especial, propia de la Región Huetar Norte y de otras zonas de país. Es asociada con leyendas rurales de misterio como que pierden a la gente por el salto que dan del suelo y se paran a pocos metros, también porque succionan la leche de la mamas de la vacas con cría.
El cuyeo posee tamaño mediano, con un plumaje camuflado. Es insectívoro y posee una boca muy grande para atrapar a los insectos, utilizando para ello un vuelo zigzagueado. Es una especie de amplia distribución mundial. El canto es muy particular y en nuestro país parece decir: cuyeo- cuyeo, de ahí el nombre común. Sin embargo en otras latitudes es descrito como si dijera otros vocablos, o se les ha dado otra interpretación, detalla el sitio EcoBiosis, Portal Nacional de Biodiversidad Costarricense.
Esta ave acostumbra a posarse a orillas de los caminos, y cuando se le perturba se levanta, vuela y se posa posteriormente de nuevo sobre el camino, pero mucho más adelante.
Leyendas asociadas con el cuyeo
Según EcoBiosis debido a su apariencia, a su comportamiento y canto, existen en torno a esta ave un sinnúmero de leyendas y creencias, y se dice que algunas inclusive datan de tiempos anteriores a Aristóteles.data:image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==
Entre las creencias más comunes, está la que se dice que es un ave que pierde a la gente, pues por su comportamiento de levantarse en vuelo, adelantarse o introducirse en la vegetación, la gente le va siguiendo y finalmente se pierde.
También señalan que otra leyenda muy común en Europa y algunos países de Sur América, la misma dice que el cuyeo succiona la leche del ganado (vacas- cabras), sobre todo cuando tiene crías, que succiona las mamas cuando están agregadas en un corral (de aquí el nombre común chotacabras usando en muchos países). La explicación biológica asociada con esta leyenda es que durante el proceso de amamantamiento de las crías de ganado (en corrales, establos o bien en los potreros) se desarrollan muchos insectos y el ave aprovecha esta abundancia de alimento volando cerca y entre las mamas del ganado o alrededor de este, con la boca bien abierta para capturar las presas.
En relación al tema religioso también hay creencias asociadas a este ave en otros países, se dice que los niños no bautizados que mueren, sus almas se trasforman en cuyeos.
En pueblos remotos de Norte América, el cuyeo ha sido asociado con la muerte, con el matrimonio, o con el estado civil de los hombres, y se ha dicho que acuerdo al número de veces que cante el cuyeo en forma continua y un hombre le escuche, así va a ser el tiempo que permanezca soltero. Por otra parte en algunos sitios de Sur América lo que se cree es que de acuerdo al número de veces seguidas que el ave emita vocalizaciones y se le escuche, así va a ser el número de años que se viva.
De acuerdo al sitio no puede faltar la parte romántica y en este sentido se cuenta la historia sudamericana de una indígena guaraní quién se enamoró de un forastero, pero este luego la abandonó sin darle ninguna explicación, esta situación llenó de tristeza y ansiedad a la indígena, por lo que se puso a llamar a su amado por todos los caminos hasta que se transformó en pájaro o Ateí, como los guaraníes llaman al ave cuyeo.
Bueno, esta pequeña muestra de historias nos da una imagen de la incorporación que ha tenido este ave dentro del diario vivir de las personas y sociedades, a lo largo de la historia y la distribución geográfica, al punto que esta inmiscuido en aspectos tan cotidianos del ser humano como el nacer y el morir, el estado civil, la longevidad, el amor.