Territorio nicaragüense fronterizo con Costa Rica busca separarse de su país, junto con otro en el atlántico

Airrecú significa “amistad” en lengua indígena maleku, y ese fue el nombre del pequeño “país” que nunca fue entre Nicaragua y Costa Rica.

Reportaje publicado por Diario la Prensa de Nicaragua en su revista Magazine.

En la actualidad serían considerados “traidores a la patria”, según la Ley 1055, creada a finales del 2020 por el gobierno de Daniel Ortega para perseguir a opositores, explica el abogado Maynor Curtis.

El artículo 410 del Código Penal impide que el territorio nicaragüense sea fraccionado. “Pueden tener un millón de excusas válidas, pero eso es prohibido por la ley”, manifiesta el abogado.

Hacer gestiones, asesorarse con expertos o buscar la manera de independizar una parte del territorio nicaragüense. Todo eso es delito que menoscaba la independencia, explica Curtis.

En Nicaragua ha habido, y existen todavía, grupos que desean separarse de Nicaragua y fundar un país aparte. La mayoría han sido en la Costa Caribe. Estos son algunos casos que hoy serían considerados “traidores a la patria”.

Revolución Jamaicana

Nicaragua se encontraba en guerra con Honduras y José Santos Zelaya, quien estaba al frente del país en 1893, envió al general Rigoberto Cabezas con un grupo de soldados a contener al Ejército hondureño que podía ingresar a territorio nacional desde la frontera del Caribe Norte.

El rey mosco Henry Clarence protestó por la presencia del general Cabezas y sus tropas, alegando que Nicaragua estaba violando el tratado de Managua de 1860, que reconocía la soberanía de Nicaragua sobre el territorio mosco, pero el Estado nicaragüense debía respetar sus costumbres y la forma en que los moscos se gobernaban, que era bajo una monarquía reconocida y protegida por Inglaterra.

Zelaya ordenó al general Cabezas que asumiera el control militar y destituyera al rey mosco, y de esa manera, el 12 de febrero de 1894 se dio la incorporación de la Mosquitia a Nicaragua.

A lo que se le conoce como la Revolución Jamaicana es a la reacción de los moscos. Desde la abolición de la esclavitud en las colonias inglesas, a mediados del siglo XIX, muchos negros provenientes de Jamaica y otras islas caribeñas se asentaron en Bluefields, desplazando a los miskitos como la etnia dominante. Así lo explica el historiador Mario Rafael Casanova Fuertes en su libro “Una aproximación a las rebeliones mosquitas en el Caribe Nicaragüense”.

Después de la destitución del rey Clarence, los moscos se trasladaron a Laguna de Perlas, y Clarence envió una carta a la Reina Victoria de Gran Bretaña firmada por casi 2,000 comunitarios en donde decía que “estaremos en las manos de un gobierno y un pueblo, que no tienen ni el más escaso interés, simpatía, o buenos sentimientos hacia los habitantes de la Reserva Mosquitia”.

El gobierno nicaragüense permitió que se izara la bandera de Nicaragua y la de la Mosquitia en Bluefields y la máxima autoridad militar recaía en el general Cabezas. En mayo de 1894, Gran Bretaña reconoció la soberanía absoluta de Nicaragua sobre la Mosquitia.

Hubo relativa calma en los siguientes días hasta que el cinco de julio, los moscos y jamaiquinos que habitaban en la zona, así como miembros del gobierno desplazado, alentados por el cónsul inglés Edwin Hach, lanzaron un ataque, dispuestos a recuperar Bluefields y todo el reino mosco.

La acción inició a las nueve de la mañana. Demandaban la salida de los “españoles” de la Mosquitia y gobernarse a como lo venían haciendo. Rápidamente lograron ocupar el Bluff y se apoderaron de una pieza de artillería que se encontraba ahí.

En Bluefields, el general Cabezas estaba acorralado y en desventaja con muchos soldados caídos, y por medio de los cónsules, norteamericano e inglés, hizo una tregua y pudo salir hacia El Rama.

Desde ahí, Cabezas consiguió más hombres y solicitó apoyo a Managua para recuperar Bluefields. Esperaba una fuerte resistencia y junto a 500 soldados partió a El Bluff, el primero de agosto, pero más bien se encontró con que los rebeldes habían abandonado la ciudad.

El general Cabezas luego partió a Bluefields y tras un proceso de negociación, los rebeldes entregaron la ciudad el tres de agosto.

Inglaterra, a través de sus diplomáticos sirvió de mediador en esa negociación y permitió que el desplazado rey mosco se exiliara en Jamaica, en donde vivió hasta su muerte en 1908. Con él, se fue un centenar de criollos y jamaiquinos. La Revolución Jamaicana había terminado. 

República Independiente de Airrecú

Airrecú significa “amistad” en lengua indígena maleku, y ese fue el nombre del pequeño “país” que nunca fue entre Nicaragua y Costa Rica.

Augusto Rodríguez Bustos se autoproclamó presidente de la República Independiente de Airrecú, que el 25 de febrero de 1995 anunció su proclama de independencia.

Todo comenzó en 1994 cuando los mojones que señalan el límite fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica fueron reacomodados dejando a 250 familias ticas, en su mayoría indígenas malekus, en territorio nicaragüense.

Las familias se sintieron abandonadas por Costa Rica, así que Augusto Rodríguez, dueño de la finca Jomusa donde se encontraban asentados los malekus, junto al empresario Omar Jaén y el abogado Luis Guillermo Marín, decidieron fundar su propio país.

Airrecú hubiese sido una franja de tierra de 213 kilómetros cuadrados, entre los mojones 12 y 14 que delimitan la frontera sur de Nicaragua. Crearon una Constitución Política, su propio himno, bandera, y hasta hicieron un censo de su población. Su idioma oficial iba a ser el español y el maleku.

Reproducción del diario La Nación de Costa Rica de junio de 1995

En junio de 1995, entregaron a la oficina del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), toda la documentación necesaria para que la ONU los reconociera como una nación independiente, pero Naciones Unidas respondió que no podía intervenir por tratarse de un asunto entre dos estados soberanos.

El territorio es parte de Nicaragua desde 1856 cuando se firmó el tratado Jerez-Cañas, que estableció que la frontera nicaragüense se ubicaría a dos millas terrestres del lago Cocibolca, pero fue hasta 1994 que la frontera pudo ser delimitada correctamente.

“La frontera que se trazó en 1994 le quitó tierra a Costa Rica y Nicaragua se apropió de ese territorio. Después de que Omar Jaén realizara varios estudios, al ser él experto costarricense en fronteras, Nicaragua se retiró de esas tierras, pero Costa Rica no quiso reasumir su soberanía por eso nació Airrecú”, dijo Rodríguez Bustos a medios costarricenses en aquella época.

Nicaragua, por su parte, envió a militares del Ejército con la misión de mantener presencia en el territorio para reafirmar su soberanía, pero no hubo acciones violentas, aunque el abogado de los separatistas, Luis Guillermo Marín dijo al diario La Nación de Costa Rica que estaban dispuestos a enfrentarse militarmente.

“Si tiene que correr sangre que corra, la historia se escribe con sangre. Estamos dispuestos a morir si es necesario. Estamos esperando la respuesta final de la ONU y si es necesario pediríamos la intervención de los cascos azules (grupo militar de la ONU) para defendernos de los nicaragüenses”, dijo Marín.

Airrecú desapareció cuando el gobierno costarricense reubicó a las familias en su territorio, cerca de la frontera de Los Chiles en julio de 1995.

Nación Comunitaria Moskitia

Un aguacero cayó el 19 de octubre de 2009 cuando unos 300 comunitarios miskitos marchaban hacia la sede del Gobierno Regional de la Costa Caribe Norte en Bilwi. Ese día, se vencía el plazo de seis meses que había dado el Consejo de Ancianos al gobierno de Nicaragua para que traspasara el poder al nuevo Wihta Tara (Gran Juez), Héctor Williams, y su consejo de ministros.

Aquella reunión que se dio en abril duró unas 90 horas, dice Virgilio Hendy Padilla, quien estuvo presente. Se reunieron más de 400 delegados de los distintos Consejos de Anciano de más de 300 comunidades indígenas.

Ahí proclamaron su independencia de Nicaragua y pasarían a llamarse Nación Comunitaria Moskitia. La proclama anunciaba la conformación de un Ejército Indígena de la Moskitia, cuya misión sería proteger y defender la soberanía de la nueva nación.

También se ordenaba la cancelación de cualquier elección política, prevista para marzo del siguiente año y daban un plazo de seis meses para que las autoridades regionales cesaran sus funciones y las nuevas autoridades moscas asumieran el poder.

Esos seis meses se vencían ese 19 de octubre, en medio del aguacero y de los gases lacrimógenos que lanzaban antimotines de la Policía, acompañados de las piedras lanzadas por miembros de la Juventud Sandinista.

En la revuelta hubo una persona fallecida: Omnish Mens, un anciano de 75 años que vivía en una comunidad de Cabo Gracias a Dios. Ese día, el grito de independencia de los miskitos fue ahogado por la represión de Daniel Ortega.

Bandera de la Nación Comunitaria Moskitia. MAGAZINE/Oscar Navarrete

Uno de los allegados al presidente Ortega, de origen miskito, Stedman Fagoth dijo en aquella ocasión que los separatistas eran alentados por partidos de derecha y la embajada de Estados Unidos.

“Personeros del departamento de Estado estaban en Puerto Cabezas en pláticas con dirigentes del PLC y ALN, y que coincidencia, también estaba el embajador Callahan (de Estados Unidos) el propio día del pronunciamiento separatista”, dijo Fagoth a medios oficiales en aquella ocasión.

En pleno 2021, Hendy Padilla asegura que los deseos de independencia de las comunidades miskitas continúan vigentes, e incluso, dice que han presentado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, una solicitud para que delimite la frontera entre Nicaragua y la Nación Comunitaria Moskitia.

Según Hendy Padilla, el escrito fue presentado en 2016 y hasta el momento no han tenido respuesta. El objetivo de los separatistas es recuperar el territorio ancestral del reino mosco, que abarca toda la Costa Caribe nicaragüense, y otra parte en territorio hondureño.

Rey concesionario

Cuando se declaró la independencia de Nicaragua en 1821, los ingleses aprovecharon la inestabilidad política de la nueva República Federal de Centroamérica para controlar el reino de la Mosquitia.

En 1824, ingleses se asentaron en el San Juan del Norte y establecieron una aduana. Un año más tarde, Robert Charles Frederick fue coronado como rey mosco bajo la protección de Inglaterra.

El rey Frederick, el 24 de enero de 1839 concedió a los jamaiquinos Samuel y Peter Shepherd, y a Stanislaus Thomas Kaly, “prácticamente todo el territorio de la Costa Atlántica, desde la orilla meridional del río Grande de Matagalpa y la orilla septentrional del río Grande de Bluefields, hasta los límites españoles por el lado del poniente, y las playas del mar por el oriente”, según consta en el libro Cronología de los hechos históricos de la Costa Atlántica de Nicaragua, de Héctor Díaz Polanco y Consuelo Sánchez.

Además, el rey Frederick concedió terreno desde el río San Juan, hasta la roca King Bappan. Esto incluyó a Corn Island en las concesiones que fueron otorgadas a los jamaiquinos para condonar las deudas que súbditos del rey mosco habían contraído con ellos.

En 1842, un buque de guerra inglés llegó al puerto de San Juan del Norte y un comandante británico obligó por la fuerza al administrador de la aduana, José de la Tijera, a que firmara un documento donde se declaraba al puerto como territorio mosquito bajo el mando del rey Frederick, y a todo el reino de la Mosquitia como nación independiente de Nicaragua, según apuntan Díaz Polanco y Sánchez en su texto.

De la Tijera firmó bajo presión, pero Nicaragua rechazó la acción y no reconoció al reino mosco. Mucho menos su independencia, lo cual desató tensiones en la zona hasta que se firmó el tratado de Managua en 1860, que reconocía la soberanía de Nicaragua sobre la Costa Atlántica y el respeto a la forma de gobernanza y costumbres de los moscos.

Reportaje por Diario la Prensa.