De acuerdo al medio El Confidencial de Nicaragua Otoniel Orozco, de 53 años y originario de Matagalpa, Nicaragua, era dueño de la empresa de seguridad Private Security Costa Rica. Vivió anteriormente en el barrio La Peregrina, en La Uruca, antes de mudarse a Escazú. Vecinos de La Uruca recuerdan a Orozco como un hombre trabajador.
“Fuimos vecinos hace casi 15 años. Lo recuerdo como una persona responsable y esforzada. Siempre quiso prosperar y ofrecer una mejor calidad de vida a su familia, por eso se mudaron a Escazú», describió a CONFIDENCIAL, Ana Montenegro, exvecina de Orozco.
La familia de Orozco se mudó de Nicaragua a Costa Rica hace más de 20 años en busca de trabajo. El matrimonio abrió una empresa de seguridad, la registró legalmente y ambos migrantes se nacionalizaron costarricenses. «Ellos hicieron bien las cosas. Me da tanta tristeza saber que su esposa queda viuda y con cinco hijos, uno de ellos de un año», agregó Montenegro.
El martes 4 de junio, la familia de Orozco en Costa Rica se preparó para trasladar su cuerpo a Nicaragua para su sepultura en la comunidad Trujillo, en el municipio de Ciudad Darío en Matagalpa.
El nicaragüense había denunciado previamente a Ramírez por agredirle con un arma. Orozco había presentado la denuncia ante la Fiscalía de Pavas, San José, y que el juicio estaba programado para el 2 de julio.
“Se investigó un presunto delito de agresión con armas, en perjuicio de un hombre de apellidos Orozco Mendoza, y luego la causa se remitió al Juzgado Penal con acusación y solicitud de apertura a juicio”, informó la Fiscalía.
Por otra parte Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua calificó como «crimen imperdonable», el homicidio del nicaragüense Otoniel Orozco a manos de su vecino en un residencial de Escazú, Costa Rica. Anunció que el cuerpo del nicaragüense fue repatriado la noche del martes para darle cristiana sepultura en el país, según detalló 100%Noticias
«En este vil asesinato», señaló Murillo, «se descargó un cartucho completo sobre la humanidad de nuestro hermano nicaragüense. Un acto de odio y barbarie que no puede quedar impune».