Junio, 2025 – Costa Rica.
El alias que causa terror en las costas, barrios y montañas del país es simple, pero cargado de miedo: “El Diablo”. Detrás de este sobrenombre se esconde el líder de una de las organizaciones narco-criminales más violentas de los últimos años en Costa Rica, a quien se le atribuyen directamente o indirectamente más de 100 muertes. Su verdadero nombre aún no ha sido revelado oficialmente, pero para las autoridades locales e internacionales no hay duda de que se trata de una figura clave del narcotráfico en la región centroamericana.
Hoy, Costa Rica y Estados Unidos, mediante una operación conjunta entre la DEA y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), lo buscan sin descanso, siguiendo pistas que se extienden desde los barrios costeros del Caribe y el Pacífico, hasta zonas rurales fronterizas con Nicaragua y otras naciones vecinas.
¿Quién es alias “El Diablo”?
“El Diablo” es el presunto cabecilla de una estructura narco-paramilitar conocida por el uso de extrema violencia como método de control. Desde hace al menos cinco años, su organización ha dominado rutas del narcotráfico que cruzan Costa Rica desde Sudamérica hacia Norteamérica, utilizando tanto la vía marítima como terrestre.
Según fuentes policiales, alias “El Diablo” tendría entre 35 y 45 años, y habría comenzado su carrera criminal como sicario a sueldo en Limón, antes de escalar posiciones dentro de redes internacionales del narcotráfico. Es un personaje que casi no deja rastros: no usa redes sociales, no realiza llamadas desde teléfonos conocidos y se desplaza con identidades falsas.
Sus crímenes: más de 100 muertes y un rastro de terror
El OIJ ha vinculado a su organización con más de 100 asesinatos, la mayoría relacionados con disputas por territorio o ajustes de cuentas. Las víctimas van desde narcos rivales hasta testigos clave, pasando por policías corruptos, civiles inocentes y hasta familiares de enemigos.
En varias escenas del crimen, los cuerpos han sido encontrados con signos de tortura, lo que indica que, además del negocio de la droga, la organización utiliza el terror como táctica psicológica.
También se le atribuyen extorsiones, lavado de dinero, tráfico de armas y trata de personas. Parte de sus operaciones estarían conectadas con carteles mexicanos, lo que lo convierte en un actor internacional de gran importancia.
Dos frentes de investigación: la DEA y el OIJ
Actualmente, la búsqueda de alias “El Diablo” se maneja bajo dos líneas principales de investigación:
- DEA (Drug Enforcement Administration): trabaja en conjunto con agencias de inteligencia de Estados Unidos y otros países centroamericanos, enfocándose en conexiones del Diablo con carteles transnacionales. Se cree que podría estar involucrado en operaciones de envío de cocaína desde Colombia y Perú, pasando por Costa Rica hacia puertos estadounidenses.
- OIJ (Organismo de Investigación Judicial): concentra esfuerzos en el rastreo de su ubicación dentro del país, especialmente en zonas montañosas del norte, como Cutris, Los Chiles o Upala, así como la posibilidad de que se haya refugiado en territorio nicaragüense, donde podría tener protección de redes criminales afines.
Los investigadores analizan testimonios de detenidos, movimientos bancarios, propiedades encubiertas, uso de vehículos clonados y tecnología satelital para dar con su paradero.
¿Está escondido en Nicaragua?
Una de las principales hipótesis es que alias “El Diablo” cruzó la frontera norte hacia Nicaragua, aprovechando los puntos ciegos en la frontera, las rutas ganaderas y el débil control migratorio en la zona. Informes de inteligencia han detectado movimientos sospechosos en zonas como San Carlos de Nicaragua, Nueva Guinea y el Triángulo Minero, donde operan grupos armados ilegales.
La dificultad de acceso a estas regiones y la supuesta protección que recibe de otras organizaciones criminales dificultan su captura.
Estados Unidos exige extradición
Dado su papel clave en operaciones que han impactado territorio estadounidense, el gobierno de Estados Unidos ya solicitó la extradición de alias “El Diablo”, en caso de ser detenido en Costa Rica o cualquier país cooperante.
Fuentes judiciales señalan que enfrenta cargos por:
- Conspiración para traficar drogas a EE. UU.
- Asociación ilícita para delinquir
- Lavado de activos internacionales
- Vínculos con organizaciones terroristas del narcotráfico
Esta extradición sería una prioridad diplomática, por lo que existe la posibilidad de que se movilicen recursos adicionales en caso de que su captura se concrete.
Un operativo que se intensifica
Las autoridades costarricenses han comenzado a redoblar operativos en zonas claves, con apoyo de unidades tácticas, drones y vigilancia encubierta. Algunas de las acciones más recientes incluyen:
- Allanamientos en Limón y Puntarenas, donde se decomisaron armas y documentos clave.
- Intervención de celdas narco en San José que actuaban como enlaces financieros.
- Arrestos de familiares y personas cercanas al Diablo, quienes podrían estar facilitando su logística.
¿El principio del fin?
Aunque alias “El Diablo” sigue prófugo, los investigadores afirman que su red ya muestra signos de debilitamiento: divisiones internas, pérdida de rutas, arrestos de colaboradores clave y presión internacional.
Sin embargo, también se teme una escalada de violencia si otros grupos intentan tomar su lugar o si el propio Diablo intenta aferrarse al poder a través del terror.
Alias “El Diablo” se ha convertido en uno de los delincuentes más peligrosos del país, símbolo de una era en la que el narcotráfico dejó de ser un fenómeno lejano para convertirse en una amenaza directa. Su captura es prioridad para Costa Rica y para Estados Unidos, pero también es un espejo de la fragilidad institucional en las zonas fronterizas y costeras del país.
Mientras tanto, la cacería continúa.