Un motociclista muerto cada 44 horas, según el MOPT.
Un choque de dos motocicletas hoy en la Fortuna de San Carlos, dejó dos personas muertas, y otra en estado de gravedad y el dolor de dos familias y amigos por la partida de un ser querido, una realidad que es pan de cada día en la Región Huetar Norte
Y es que las muertes en carretera producto de accidentes con motocicletas, ha empezado ser un mal de salud pública de gran impacto por los constancia que dan. También está la lesiones qué sufren los accidentados, las cuales, en algunos casos los incapacita por vida de sus trabajos. Esto significa el pago de millones para la Caja o el Instituto Nacional de Seguros, por tratamientos e incapacidades.
Otro dato importante es la mayoría de fallecidos o accidentados con lesiones son gente muy joven de entre 18 a 25 años, en plena etapa productiva de sus vidas.
Cada semana hay luto en un hogar de la Región, por una muerte en carretera, donde el principal protagonista es un motociclista o su acompañante. La mayoría de estas muertes ocurren por imprudencia de sus conductores.
El dato a nivel nacional indica que cada dos días muere una persona en motocicleta, y la Región no escapa a esa realidad, ya que la flotilla de motos que existe es muy grande, utilizada por miles de trabajadores para desplazarse sus trabajos. Muchas en mal estado y cuyos dueños no cuentan con permisos o documentación de estas al día.
Desde el año 2014, la motocicleta es el vehículo que más cobra vidas en carretera en los primeros cuatro meses de este año, 61 de los 114 muertos eran motociclistas, quiere decir que el 54% de los fallecidos, más de la mitad, iban en moto, en el primer trimestre del año.
En cuanto a la causa de muerte, por primera vez en el año, la imprudencia del conductor supera al abuso de velocidad, como principal causa de muerte en carretera.
A menudo una de las imprudencias del conductor es virar en U en zona prohibida, saltarse un alto, conducir contravía y rebasar por la derecha.
Pese a que es obligación utilizar casco cuando se viaja en motocicleta, sea como conductor o acompañante, hasta el pasado 31 de agosto, 4.921 motociclistas recibieron una multa superior a los ¢100.000 por no portarlo o permitir que su acompañante no lo llevara, selaña el Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
El uso del casco y llevar la luz encendida siempre forman parte de las reglas que deben cumplir los motociclistas
Casco, clave
Estas cifras, 3.092 conductores y 1.829 acompañantes sin casco, refleja una de las posibles causas de la alta mortalidad en carretera por parte de los motociclistas, tomando en cuenta que el uso del caso reduce en cerca de un 72%* los daños en la cabeza tras un accidente, según el estudio que se use de referencia, a nivel internacional. Los motociclistas son quienes más mueren en carretera, cada año, desde el año 2014.
Así, indicó el Director General de la Policía de Tránsito, German Marín Sandí, los motociclistas ocupan el primer lugar como las personas que más mueren en carretera, en el 2019 en el país, con 146 decesos; es decir, muere un motociclista cada 44 horas, o casi cada dos días, si se quiere ver de esa manera. De los fallecidos, 128 tenían rol de conductores y 18 eran acompañantes.
“Los motociclistas son víctimas de imprudencias de otros conductores, eso es claro, pero también son víctimas de sus propias conductas. Basta con salir a la calle y ver motociclistas sin la luz encendida, sin chaleco reflectante, sin casco, sin espejos retrovisores, con cajas o paquetes de gran tamaño que generan inestabilidad, ya más en zonas alejadas verá tres personas en una moto, en cuenta niños”, reprochó Marín.
Uno de los aspectos más refutados por los conductores de motocicleta es por qué deben usar la luz encendida siempre, incluso en días soleados, al respecto, la respuesta de las autoridades es clara: la luz permite hacer más visible a este vehículo tan pequeño y angosto, y si bien no son tan efectivas en un día extremadamente claro, no se puede hacer una legislación tan específica que diga cuándo sí usarla y cuándo no, según el clima o el lugar, pues se caería en la subjetividad y en la imposibilidad material de hacerlo.
En esa línea, Marín cuestionó “¿Cuál es el problema de llevar la luz encendida siempre?
¿Cuál es el perjuicio? Si es por batería, el desgaste el mínimo. No hay justificación para no acatar la medida, más que el deseo de llevar la contraria y retar a las autoridades y a la seguridad en carretera”.