Villa de Antaño: «Genocidio del Río la Muerte»

Por Henry Esquivel Monge, escritor sancarleño

Río la Muerte.

La mañana era soleada y todo pintaba para un buen día de caza, la tribu Maleku junto al río se preparaban para salir.

Sus niños jugueteaban en el palenque, libres, solo por la supervision de los ancianos.

De repente y sin darle tiempo de nada a ninguno, las flechas comenzaron a caer , salían de todas direcciones, estaban rodeados.

El pánico se apoderó de todos, los guerreros intentaban defenderse de sus adversarios, sin embargo, uno a uno caían abatidos.

Las mujeres y niños intentaron refugiarse en sus casas y otros corrían hacia la densa selva, pero los misquitos una tribu aguerrida y enemiga por situación étnica de los malekus los eliminaban.

Se escuchaban gritos y lamento , sin saber de donde provenían, se podía sentir el aura de dolor , miedo y sufrimiento, hasta que poco a poco fue acallado, hasta no dejar hilo de lamento o grito de terror.

La sangre corrió por sus cuerpos y poco a poco encharcó la tierra, tierra que se negó a bebérsela y poco a poco corrió hacia el río .

Aquel río de aguas color claro, se volvió carmesí en solo momentos. La sangre no dejaba de caer y sus aguas se transformaron en una gran vena de sangre pidiendo justicia.

La matanza continuaba y ahora con sus amigos derrotados a los sobrevivientes , también los fueron masacrando.

Hombres, mujeres y niños , no importó todos fueron eliminados hasta no dejar uno solo con vida.

Nadie pudo salir a pedir ayuda a los otros palenques de más arriba en la montaña. Nadie se enteró, si no hasta ver lo sucedido días después.

La sangre fue tanta que el río cambió sus aguas de color y llevo la sangre hasta su desembocadura.

 Ella pedía justicia, pero nunca llegó, su grito se convirtió en silencio, silencio de un genocidio que lamentamos aún hoy .

Y es por eso, que para jamás olvidarlo, el rio se llama Rio  la Muerte hasta hoy, han pasado muchos años y sigue el dolor de perder toda una tribu solo por rencor, inocentes que no supieron ni qué sucedió.

Hoy nos queda su historia, triste de verdad. Pero no olvidemos que es mejor amar , ayudarnos todos a superar, cada problema solo al dialogar.